En Puerto Pirámides, un pueblo pequeño de la Patagonia, las calles no tienen nombre. Julia, maestra de la única escuela del lugar, desarrolla un proyecto escolar que compromete a sus alumnos en un objetivo común: buscar nombres para denominar las calles. Luna, Eli, Maxi, Renzo, Juan, son algunos de los niños que habitan el pueblo y que se verán involucrados en el proceso de entrevistar a los pobladores del lugar bajo la idea de conocer sus historias y escuchar sugerencias para los nombres de las calles. En su recorrido escucharán distintos relatos en donde los antiguos pobladores, el mar, la costa, la pesca, el trabajo rural, son algunos de los temas esenciales.