Decimos, regresión.
Si hay algo que disfruto del cine independiente es el soplo de aire fresco por sobre las propuestas trilladas que vemos día a día. Sí, ya sé que esta frase la repetí miles de veces pero vale la pena recordarla porque en un mundo donde mientras más difusiones e inversión se tienen, menor es la diversidad.
Salvo por el cine independiente, aquel subgénero donde jóvenes directores tienen una mayor libertad para explayarse y deben hacer un esfuerzo extra para compensar los limitados presupuestos traducido en mayor creatividad.
El director Fabio Vallarelli (conocido por dirigir Tierra II) nos sorprende con Las cosas donde ya no estaban, contándonos la historia del reencuentro de dos ex novios de la secundaria: Lucas, digo Luca (Andrés Ciavaglia) y Dolores (Agustina Quinci) tras 17 años sin verse.
El escenario de esta historia es la pasada Crisis del 2001 donde Vallarelli se corre de lo económico de otras propuestas para darnos un golpe emocional a través de estos treintañeros: Luca, por un lado, debió estudiar una carrera que le sea redituable en un país donde no hay lugar para hacer lo que uno realmente ama, y por el otro Dolores, que debió irse del país en 2001 para sobrevivir con su familia y volvió al terruño siendo una cantante en ascenso.
Dos personajes rotos emocionalmente cuyo encuentro va a ser una especie de regresión recordando a través de escenarios como la escuela o las calles de Buenos Aires, con una fotografía oscura que retrata la melancolía de lo que alguna vez fue hermoso y cómo llegaron a ser lo que son hoy.
Tanto Ciavaglia como Quinci se meten en sus personajes de una manera que se vuelven crudamente reales, fácilmente podríamos cruzarnos a un Luca o Dolores por la calle. Eso es excelente porque algo nos queda claro: el cine argentino tiene talento por explotar y muchas veces recurre a lo seguro, donde el público también se expresa y con razón al decir que repiten actores.
Pero lejos de la frustración con respecto a las decisiones que a veces toman, sin irme por las ramas, Las cosas donde ya no estaban cuenta con una excelente dirección, donde el director nos ofrece excelentes planos y una atmósfera envolvente al retratar el lado B de la Argentina. Su mirada personal no minimiza que nuestros sueños nos fueron arrebatados por el contexto sociopolítico del país aunque allá a lo lejos, en el horizonte, aún se percibe una luz de esperanza.