Es raro encontrar un drama romántico que no solo se tome las cosas (extraordinarias) que suceden -aquí una embarazada que espera a su novio y se enamora de su primo- con la naturalidad del buen comportamiento humano, sino una película que utilice las variaciones de la emoción humana como material para un cuento.
Narrada con los tiempos justos y las imágenes que complementan por fuera lo que pasa dentro de sus criaturas, una muy buena película.