El filme abre con una cámara en posición cenital, en el espacio físico que le da el titulo original, una voz en off recuerda su infancia en ese lugar, luego sabremos que el narrador es Jamie (Josh O´Connor), sin embargo es Grace (Annette Benning), su madre quien aparece en imágenes recordando la escena narrada. La música incidental nos instala en un clima que tiene más de melancolía que de drama. Anticipando sobre que versara el texto. Como si fuera una constante, las voces serán anticipatorias a la imagen, en la siguiente escena es Grace quien esta recitando un poema, mientras las imágenes nos adentran en su casa, para presentarnos a Edward (Billy Nighy), ellos conforman una pareja con muchos años de casados. Un detalle interesante, que durante el desarrollo del relato cobra significación es que cada uno de ellos tiene su propio escritorio en la misma habitación, en ventanas diferentes, opuestas. Se podría pensar en puntos de vista diferentes. Grace tiene quejas y demandas, Edward solo atina a realizar lo que ella le pide y alejarse. Cuando Jamie viene de visita, Edward aprovecha para anunciarle que va a dejar a su madre, antes que ella lo sepa. Ella no acepta la decisión de su marido, pero es mas una negación de los hechos que una posibilidad de restauración de algo que se ha resquebrajado. El claramente le presenta la inercia en que se ha convertido ese matrimonio. En el desarrollo de reinsertarse en la vida, mas fácil para él que para ella, Jamie se planteara esa posibilidad de dar cuenta que la fruta no cayo lejos del árbol, identificándose con su padre. No hay juicio, solo dar cuenta de sus propias imposibilidades afectivas. Aquí ayuda para sintetizar, el titulo del libro escrito por la psiquiatra argentina Silvia Obiols, “Adultos en Crisis, Jóvenes a la Deriva”. Todo lo que sigue después es el recorrido de ambos para retornar como puedan con sus vidas, la diferencia con cualquier otro drama similar, es la inclusión de Jamie en ese recorrido. De estructura narrativa netamente clásica, progresiva, acompañada con un buen trabajo de fotografía y empatizada con la banda sonora. Sin embargo el filme se antoja demasiado plano, pausado, los personajes y sus relaciones se representan de manera superficial, solo pantallazos de cada uno, el mutismo de él, la verborragia muy irónica de ella y poco mas. Tampoco es que sea necesario. Si algo sostiene al filme son las actuaciones, pero no es de sorprender, la pareja protagónica tiene mucho recorrido y hándicap al respecto, Josh O´Connor da cuenta de un futuro promisorio como actor. Pero esto solo no alcanza. El film finaliza con imágenes del mismo espacio físico con que empieza, algo de la circularidad espiralada de la historia, la voz en off de Jamie y un texto demasiado edulcorado, muy hollywoodense, que termina deteriorando en parte la estructura inglesa de la narración que la posicionaba de manera diferente.