Anodino. Esa palabra sintetiza la experiencia que supone ver Las Cronicas de Narnia 3: La Travesía del Viajero del Alba. Es un filme plagado de personajes aburridos, viviendo aventuras aburridas y enfrentándose a peligros poco excitantes. En el climax la pelicula levanta un poco la puntería, pero los deus ex machina y las explicaciones estúpidas del momento arruinan los escasos méritos que intenta apuntar el director Michael Apted sobre la hora. Y, como todo el mundo coincide en opinar, éste debería ser el último y definitivo clavo del ataúd que sepulte esta lánguida saga de fantasía que nunca terminó de convencer a nadie.
Hace rato que la franquicia Narnia viene con problemas de rendimiento en taquilla vs costos de producción. Principe Caspian - el segundo filme - recaudó muy poco en comparación a la inversión requerida, y la gente de la Disney decidió deshacerse del clavo, vendiendo la saga a la Fox. Al menos los nuevos productores trajeron a un director más competente - Michael Apted, el mismo de El Mundo no Basta y La Hija del Minero -, aunque tampoco es un tipo que sepa demasiado de cine fantástico. Pero el problema no es Apted, que aquí hace lo que puede con el material; el problema pasa por el texto original, que es insulso, y por la decisión de respetar a rajatabla el tono infantil de la serie. Aquí se dan maña para hundir una fórmula a prueba de balas, como suele ser las odiseas de corte fantástico - al estilo de los viajes de Sinbad o los viajes de Ulises, con los aventureros recorriendo medio mundo y recogiendo fragmentos de algún artefacto mágico para derrotar al villano todopoderoso de turno -, en donde cada episodio da lugar a un enfrentamiento entre héroes y los monstruos que amerite la ocasión. Uno ve el diseño del barco, la tripulación conformada por humanos, minotauros y otras criaturas fantásticas, y cruza los dedos para que saquen algo potable de allí... algo que nunca termina por concretarse. Cada isla que visitan los viajeros es la excusa para una deprimente secuencia de acción o para la presentación de unos aberrantes personajes secundarios (como los duendes invisibles de una sola pierna!!). El libreto poda a la troupe de personajes principales a la mitad - lo que le da aire para su desarrollo -, pero le añade un par de caracteres irritantes como el primo de los Pevensie o la rata parlanchina y mosquetera con lo cual lo único que hace es retroceder puntos. Esta gente habla todo el tiempo ... y no resulta interesante en absoluto nada de lo que dicen.
Si los libretistas hubieran tenido los testículos bien puestos como para podar personajes ridículos (léase animales que hablan), incluír algunas muertes (ya que aquí todo es demasiado aséptico) y diluir todo el trasfondo de la alegoría cristiana, Las Cronicas de Narnia 3: La Travesía del Viajero del Alba podría haber funcionado y la saga se hubiera reinventado con éxito. Aquí se aplican las palabras de Albert Einstein, quien decía que uno no puede pretender resultados diferentes si siempre hace lo mismo. Toda la historia es episódica, ninguno de los capítulos es muy interesante, se meten deus ex machina a cada rato - la inclusión con calzador de Aslan es atroz -, y en ningún momento da la sensación de ser algo medianamente excitante. Si la saga de Narnia era un fracaso camuflado, creo que este es el momento del sinceramiento y de bajar la persiana. Es lo mínimo que piden las desprevenidas víctimas que han gastado parte de sus ahorros para ver bodrios como éste.