El género del terror (uno de mis favoritos por lejos) desde su desembarco en el cine moderno, luego de la sobre-explotación del subgénero slasher, ha buscado las mil y un formas de tratar de reconquistar al publico con diferentes propuestas.
Quizás una de las que mayores éxito tuvo fue la de resucitar ese modo de filmar conocido como “cámara en mano” o “P.O.V” (point of view) que da origen al sub-género conocido como “Found Footage“, justificadas por el boom que generó en su momento “The Blair Witcht Project” de Daniel Myrick y Eduardo Sánchez (1999).
Si bien no fue inmediato, el éxito que obtuvieron películas como “Rec“ de Jaume Balagueró y Paco Plaza (2007) y sobre todo de “Actividad Paranormal” de Oren Peli (2007), provocaron una avalancha enorme de producciones que explotaban esta renovada manera de contar historias de terror que básicamente se sustentó en el tiempo (hasta el día de hoy incluso, es una de las más vigentes) por dos razones más que interesantes.
En primer lugar el “found footage” es económico, lo cual lo hace accesible a cualquiera que tenga un dispositivo tecnológico que le permita filmar la historia que se le plazca. Un punto de vista subjetivo recorta abruptabmente costos de producción como los de montaje, maquillaje, locaciones, efectos especiales, luz, fotografía, actores, etc, etc.
Este sub-género es, si se quiere, el más democrático de todos, no solo por lo anteriormente mencionado (¿Quien no tiene hoy en día un dispositivo que pueda filmar?) sino porque hasta la distribución del mismo contenido parece facilitada por su segunda característica: el escepticismo que generan las múltiples plataformas que lo albergan.
La subjetividad no es contundente, pero puede ser más que eficaz. Filmar una historia a través de este método, rodearla de misterio y lanzarla a las amplias plataformas modernas que permiten su almacenamiento y distribución (el ejemplo más grande es Youtube) es tan fácil y sencillo que en cuestión de años, sin dudas, esto representará un dolor de cabeza para los productores de cine y su estrecha mirada sobre una industria que por estos días sufre cambios enormes.
Si filmar es accesible, si hacer publicidad sobre eso que filmaste es también algo que no requiere de mayores conocimientos (abrir un blog, una cuenta de twitter, facebook, o de cualquier otra red social, es cosa de niños en la actualidad) y si, sobre todo, hay un publico dispuesto a consumir esas producciones, ya sea por escepticismo o porque simplemente disfruta de su visionado, el negocio tiene las bases sentadas y difícilmente puedan derrumbarse fácilmente.
Los desafío a entrar a youtube y buscar vídeos de fantasmas, brujas, monstruos, extraterrestres y demás personajes u elementos que pertenezcan al ámbito de lo fantástico. Les aseguro que pueden estar horas y horas viendo material de pésima, buena, muy buena y hasta algunos de una calidad que los hará dudar de sus propias creencias.
La clave radica, también como dije anteriormente, en que estas plataformas donde se albergan o almacenan estos contenidos son muy amplias y posen muy pocas restricciones a la hora de controlarlos. Siguiendo con el ejemple de Youtube, el portal de videos adquiridos por google, ofrece desde canales oficiales de grandes medios periodísticos, de grandes estudios de hollywood, de bandas de música y hasta de distintos gobiernos a lo largo y ancho del mundo.
Todo eso en una misma plataforma, donde podes encontrar desde el ultimo discurso de un presidente latinoamericano, el ultimo tema de tu banda favorita, el anuncio de una película que esperas, el backstage de una sesión de fotos de una modelo que parte la tierra y el registro de un sobreviviente al accidente nuclear de Fukushima.
Eso genera confusión, por un exceso de información. Esa convergencia de realidad-noticias-ficción-entretenimiento, además de ser democrática y realmente fascinante para los tiempos que corren, vamos a ser sinceros también, es un quilombo de proporciones considerables que en algún momento habrá que ordenar.
No quiero irme mucho más lejos hablando de este tema, pero los desafío también a que vean la televisión de hoy en día, sobre todo los canales informativos y saquen sus propias cuentas de cuanta es la cantidad de información, registros o simplemente materiales audiovisuales que se utilizany proviene de internet, siendo este un espacio donde se puede encontrar de todo, y no todo es verídico.
Así fue como en su momento se generó el misticismo alrededor de “The Blair Witch Project“, de la mismísima “Actividad Paranormal” y de “Encuentros de la 4º fase“, entre otras películas. Pero así fue como también esta idea se metió dentro de las propias producciones del genero para formar parte de sus tramas.
¿Acaso Rachel (Naomi Watts) no era una periodista que buscaba revelar la historia de un vídeo sin titulo que encontraba en una cabaña, el cual supuestamente era el motivo por el cual las personas morían 7 días después de su visionado, en la película “La Llamada” de Gore Verbinski? ¿Jennifer Mash (Diane Lane) no buscaba desesperadamente sacar de la web una serie de vídeos subidos por un asesino serial , luego de haber dudado de su veracidad en “Sin Rastros” de Gregory Hoblit?
“Las Crónicas del Miedo” o “V/H/S“, como también se conoce a esta producción, ahonda en lo mismo: Un grupo de jóvenes (que poseen todos los rasgos característicos de nuestra generación), decide por razones un poco confusas, ingresar a un domicilio particular para robar una cinta de vhs por encargo. El problema es que una vez que están dentro de esta casa no se encuentran con todo lo que esperaban y además hay miles de cintas de vídeo de origen desconocido, lo que hará más ardua y difícil la tarea de cumplir su objetivo.
Ese relato, que puede considerarse la linea argumental de la película en si misma, si bien es muy precario y desorganizado (sobre todo su primera parte), sirve para reflejar todo lo que mencione al principio de esta opinión: en los tiempos que vivimos, todos somos generadores de contenidos por razones inexplicables y a la vez somos consumidores casi devotos e inconscientes de contenidos generados por fuentes que no conocemos, o no nos interesa conocer.
Dentro de ese circulo vicioso, compuesto por personajes que son emisores y receptores de contenido, es donde aparece el manto que tapa la verdadera y antigua identidad de “V/H/S” que es básicamente el de la antología, razón por la cual considero (yo al menos) necesario hablar de cada una de las partes que la componen y no solo del resultado que ofrece el conjunto en sí.
Si vamos directamente a eso podemos decir que “V/H/S“, al igual que toda antología, tiene altos y bajos, aciertos y errores, ventajas y desventajas, lo cual la convierte en un producto regular pero no por eso una mala película.
El primero de los cortos que presenta “Las Crónicas del Miedo” se titula “Amateur Night” y está dirigido por David Bruckner, quien ya había trabajado en otro film de terror bajo el mismo concepto de la antología, como lo fue “The Signal” (2008). En aquella producción, en cambio, existía una bajada de linea en cuanto a contenido y todos los cortos giraban alrededor de una extraña señal que convertía a las personas en una especie de zombies paranoicos.
En “V/H/S“, como no podía ser de otra forma, la libertad es absoluta y sin dudas es Bruckner quien se tomó más a pecho estas palabras porque su cortometraje es un delirio absoluto.
Filmado desde unos lentes similares a los “Google Glass“, “Amateur Night” sigue los pasos de un grupo de adolescentes que planea filmar una peli porno amateur sin el consentimiento de las mujeres involucradas. Por eso, luego de una larga noche de boliche, bares, alcohol y drogas, terminan en un hotel alojamiento y cuando viene el momento de los bifes, viene el machacazo y la gran sorpresa.
Sorpresa que, dicho sea de paso, ofrece reveladores detalles hasta el plano final, el cual demuestra que la idea del corto es una cosa de locos.
Un gran arranque, plagado de sangre y giros inesperados, pero que también posee personajes bastantes imbéciles y con los que uno genera poca empatía, a excepción del que lo filma todo. Quizás ese es el punto más flojo, la idiotez de sus protagonistas, pero de todas formas, como arranque de esta antología no podrían haber hecho mejor elección que ésta.
El segundo cortometraje, dirigido por el ya conocido (para los amantes del buen terror moderno) Ti West, se titula “My Second Honeymoon” y está protagonizado por uno de los mejores amigos de West, Joe Swanberg, con quien ya trabajó en “Silver Bullets” y varias producciones más que no tienen mucho que ver con el terror.
Precisamente el salto más abrupto que presenta “Las Crónicas del Miedo” es pasar del trabajo de Bruckner al de West, ya que en definitiva son dos cosas completamente opuestas. Lo que veías en “Amateur Night” era irracional y violento. Lo que ofrece “My Second Honeymoon” es más perverso, pero también realista.
Tal como lo dice su titulo, la trama del corto gira en torno a una pareja que viaja alrededor de Estados Unidos en lo que se supone es un esfuerzo por tratar de reforzar el vinculo. Obviamente registran casi todo el viaje con una cámara de vídeo. Una noche de esas, en las que no se puede conducir más por el cansancio, la pareja decide dormir en un hotel al lado de la ruta y vivirán en carne propia un extraño acontecimiento que los asustará, pero que no es lo que parece…
Como dije anteriormente, el corto de West es el más realista de los que presenta esta antología, por lo que si a eso le sumamos el talento del realizador para crear climas de suspenso donde no respiran ni las moscas, estamos frente al mejor, más serio, mejor filmado, actuado y más eficaz de toda la antología. Eso si, al igual que “Amateur Night“, hasta el plano final no sabemos bien que pasa y el giro sorpresa define todo el relato.
Luego del gran arranque y el muy buen segundo cortometraje que nos presenta “V/H/S” viene su historia más floja, titulada “Tuesday the 17th” dirigida por Glenn McQuaid, quien cuenta en su filmografía con la correcta y bizarra “I Sell the Dead” (2008).
“Tuesday the 17th” precisamente se destaca por ser bizarra, pero lo malo es que el envase que acompaña a esta historia es peor de lo que se merecía. Es decir: personajes realmente estúpidos (los más boludos, por lejos, de todos los que presenta “V/H/S“), un montón de sangre sin justificativo, un asesino ridículo y un desenlace patético e irrelevante.
A pocos minutos del inicio de este corto ya sabes por donde viene la mano y no hay sorpresas, ni giros, ni nada de eso. Un slasher en toda regla, de esos que abundaban en los 90, pero que hoy en día detestamos tanto porque realmente aburren y cansan.
El cuarto capitulo que tiene para ofrecer esta antología vuelve a levantar un poco la calidad que ofrecían los dos primeros, y si bien no es mejor que ellos, se destaca por sobre todos los que componen esta película por una característica esencial: es el único que realmente logra asustar por algunos momentos.
“The sick thing that happened to Emily when she was youger” es el corto dirigido por Joe Swanberg, a quien mencionamos anteriormente por actuar en “The second honeymoon” de Ti West, y escrito por Simon Barrett, quien tiene un largo historial como guionista del cine de terror moderno.
Esta historia como dije antes logra asustar y mucho: Una joven (bastante linda por cierto) conversa habitualmente con su novio a través de Skype por razones de distancia. Durante una de esas llamadas, la chica manifiesta que desde hace unas noches experimenta situaciones bastantes aterradoras como escuchar voces y ruidos en una parte de su departamento donde no vive nadie.
Cuando su novio decide ayudarla (todo a través de videochat), las cosas empiezan a empeorar y estos fenómenos paranormales se hacen más violentos y visibles.
La trama se va desenvolviendo de a poco, tiene algunas similitudes con “Actividad Paranormal”, pero a diferencia de esta ofrece algo de sangre (un momento más que desagradable) y el clima va incrementando en materia de suspenso y tensión hasta el final donde, al igual que los dos primeros cortos que ofrece “Las Crónicas del Miedo”, hay un giro sorpresa más que interesante y llamativo.
Swanberg y Barrett muestran sus credenciales en los minutos que dura este corto. Por algo son, junto con Ti West, algunas de las grandes promesas del cine de terror para los tiempos que vienen.
Finalmente lo ultimo que tiene para ofrecer esta antología es “10/31/98“, el corto dirigido por el cuarteto de directores conocido como “Radio Silence“, formado por los realizadores Matt Bettinelli-Olpin, Tyler Gillett, Justin Martinez y Chad Villella.
Que 4 tipos se pongan detrás de las cámaras para dirigir un corto que forma parte de una película donde hay otras producciones dirigidas por otros realizadores individualmente parece una forma sutil de hacer trampa, pero no importa, ya que el resultado es bastante positivo.
Si bien no es un delirio como la primera producción, no tiene el realismo ni la gran dirección del segundo ni tampoco asusta tanto como el cuarto, “10/31/98” (Halloween del 98) es una buena historia que sigue los pasos de un grupo de amigos (comparados con el resto, son unos eruditos) que asiste a una casa abandonada en búsqueda de una fiesta de Halloween y termina encontrándose con algo siniestro.
Por la estética, la trama y el modo en el que está filmada, hay que decir que la historia se parece mucho a “The House of Devil” de Ti West (2009). Obviamente no le llega ni a los talones a esa gran película, pero de todas formas el corto final se erige como una gran propuesta para cerrar la antología que propone “V/H/S“.
En definitiva, “Las crónicas del miedo” está lejos de los dos polos opuestos donde la posicionó la critica. Ni es la peor película de terror de los últimos tiempos, ni mucho menos el clásico que viene a revolucionar el género.
Es una producción que reúne a varios realizadores con talento bajo una premisa interesante y que les permitió explayarse libremente sobre un terreno que conocen y sobre el cual van a trabajar durante los próximos años, porque son el futuro de este género.
¿Por qué? Básicamente porque se adaptan a las necesidades y a los gustos de las nuevas generaciones y ofrecen, dentro de ese amplio terreno, producciones cortas, eficaces, originales, llamativas y de calidad, sin dejar de lado el estilo y sello propio que los caracteriza.
Si el tiempo en la actualidad es poco, la rapidez es la clave, la necesidad de expresarse es demasiada, los recursos están al alcance de la mano y la demanda de contenidos es grande, “V/H/S” es el primer esfuerzo organizado por tratar de responder todas esas necesidades.
Como primer paso, es más que alentador. Pero todavía falta un largo camino por recorrer, porque las necesidades de esta generación cambian rápidamente, convirtiendo una película en tan solo una fotografía del panorama actual.
Si querés saber donde está parado el género, tenes que ver “V/H/S”: una fotografía que lo describe de pies a cabeza.