La aceleración de la combinatoria de los componentes del cine de terror de los últimos años puede dar lugar a explosiones como ésta, que se presenta localmente con el título de Las crónicas del miedo . En el original se llama V/H/S , un lindo título. No se puede decir lo mismo de Las crónicas del miedo . Vamos por partes, ya que V/H/S es una de esas películas de episodios. Esto es un proyecto colectivo, varios directores, varios guionistas, varias historias que intentan aglutinarse mediante un episodio marco, que es el más flojo de todos -el de unos vándalos que por encargo van a buscar un VHS- y que se termina desintegrando ante los otros, que no se interrumpen. Hay, además, recursos en común ¡Las imágenes corresponden a la cámara que maneja un personaje! ¡Cámara subjetiva! ¡Mucha cámara en mano! Es decir, los modos de mucho cine contemporáneo, especialmente del terror. Pero atención, V/H/S lleva todo esto al límite, y los límites entrañan riesgos.
A veces se gana, como en la primera de las historias que se completan, "Amateur Night" (o sea "Noche amateur", pero le podrían haber puesto "Noche del miedo"), que mantiene la lógica del punto de vista y la integra con los personajes y las situaciones. Y plantea una intriga consistente y que se vuelve feroz. A veces se pierde, como en la inutilidad y arbitrariedad del viaje de la pareja del corto "Second Honeymoon" (es decir "Segunda luna de miel"; acá le podrían haber puesto "Segunda luna de miedo"), o en el fallido intento de hacer un revival de asesino slayer , como los de Martes 13 y similares (éste es "Tuesday the 17th", o sea "Martes 17? de miedo", ¡bu!), ¿una vuelta de tuerca en forma de asesino-problema de tracking ? Um, sí, lo del VHS. En ese sentido, qué raro es ver, supuestamente en VHS, una grabación de una conversación en Skype en el bien narrado corto "The Sick Thing That Happened to Emily When She Was Younger" (o sea "La cosa jodida que le pasó a Emily cuando era más joven", el título es tan largo que le podrían haber agregado "miedo" en cualquier lado) que tiene potencia de largometraje y mayor estabilidad visual que todos lo demás, y hasta logra generar suspenso. Eso sí, se queda con ganas de mayor explicación.
Explicación no tiene el último corto ("10/31/98", fecha que acá hay que entender como 31/10, o sea Halloween, que es una fecha "de miedo"), pero todos sabemos las reglas de las casas embrujadas, aunque la cámara subjetiva no viene muy al caso. Tal vez al llegar a ese segmento ya estábamos cansados de tanto movimiento del cuadro, de tanto montaje agresivo y flashero, de tanta violencia y tripas y sangre y de tanto personaje con baja actividad neuronal. De todos modos, en esta explosión de terror -con alto riesgo de implosión- hay algunas ideas bien plasmadas que generan miedo y no hay miedo al desnudo. Y algunos de estos directores tienen otras películas que vale la pena buscar dentro del terror independiente. El vaso medio lleno (de sangre) o medio vacío.