Un quinteto inconexo
La historia de un grupo de delincuentes de poca monta que se cuela en una casa en busca de una cinta de VHS que les ha sido encargada y que una vez allí descubre el cadáver de un hombre rodeado de videocasetes es el relato global de esta película o, mejor, la excusa para mostrar cinco cortometrajes extraídos de las cintas, cada uno dirigido por un joven cineasta, entre ellos algunas promesas del género como Ti West. La idea suena a original y algo nostálgica por el uso del VHS. Lo más interesante, las tomas de las cámaras domésticas, iphones, microcámaras semiocultas o webcams usadas para contar en imágenes en primera persona los relatos. pero una vez puesto en funcionamiento, los cinco relatos, además de bordear un gore ligero y a veces bastante exagerado, sólo se nutren de clichés del género: la chica rara de la fiesta que resulta ser un verdadero monstruo; el escabroso motel de la ruta; el lago y el bosque siniestros; la casa encantada, la noche de Halloween y el rito satánico; además de seres sobrenaturales, psicópatas, espíritus y sobre todo grupos de jóvenes descerebrados que terminarán siendo asesinados en medio de grandes charcos de sangre. Historias inconexas, confusas y tediosas. Película que si hubiera sido realizada en Argentina no habría cruzado la frontera del grupo de amigos de los directores.