No tuvo suerte Las dos reinas al ser estrenada en los Estados Unidos el mismo día que La favorita. Si bien le alcanzó para conseguir dos nominaciones a los premios Oscar (vestuario y maquillaje), la ópera prima de Josie Rourke perdió en la inevitable comparación frente a otra historia de mujeres e intrigas palaciegas mucho más audaz y moderna.
Esto no quiere decir que Las dos reinas sea una película aburrida o anticuada, ya que -si bien su estructura épica con batallas, romances, confabulaciones políticas y religiosas, traiciones, enfermedades y destinos trágicos es bastante clásica- el guion de Beau Willimon ( House of Cards) sintoniza con estos tiempos de empoderamiento femenino.
La heroína del relato es María Estuardo (Saoirse Ronan). Si bien el título original está centrado en su figura, el de estreno en la Argentina hace alusión también a su rival, la reina Isabel I de Inglaterra (Margot Robbie). La narración está construida casi siempre con un montaje paralelo algo forzado para asociar las pocas euforias y muchos padecimientos de ambas monarcas enfrentadas por cuestiones familiares (eran primas), de alcoba y, claro, religiosas. El resultado es un film incuestionable en su impronta visual y claramente revisionista en su acercamiento a la figura de María Estuardo, aunque no demasiado innovadora (y por momentos incluso bastante esquemática) en su forma de exponer los secretos, vicios, cinismos y mentiras de estos nobles... no demasiado nobles.