El juego de las monarcas
Cómo poner en juego la monarquía en Europa en el 1560 fue la difícil tarea del director
Josie Rourke y para eso contó con una dupla actoral femenina de primera línea como lo son Saoirse Ronan (Lady Bird) y Margot Robbie (I, Tonya). Además de encarar un proyecto con una tarea exhaustiva por parte de la dirección de arte.
La historia se centra en María (Ronan), la reina de Francia que vuelve a Escocia tras quedar viuda siendo apenas una adolescente donde busca encontrar pareja para poder tener un heredero del trono, no solo de lo que ella se encarga sino también de Inglaterra, donde por ahora se encuentra al mando su prima Elizabeth I (Robbie), pero que por el momento no tiene pareja ni hijos y esto determinará quien se queda con todo.
Por momentos con tintes similares a Game Of Thrones, por una época muy antigua donde
se pone en juego la política de boca en boca que define puestos, planes, emboscadas y
traiciones. Un interesante -y explamado- plano sexual por el cual ambas reinas buscan al
padre del hijo que deben engendrar, pero que pierde verosimilitud por momentos y nubla al
espectador a creer en las acciones que llevan a cabo.
Un trabajo actoral impecable de parte de ambas protagonistas, que se comen la película, a
pesar de prácticamente no compartir escenas. Esto está complementado a la perfección
con los encargados de vestuario y maquillaje que supieron estar a la altura. Dato no menor
es que tuvieron su reconocimiento siendo nominados al Oscar por dicha área. El personaje
encarnado por Margot Robbie está tan trabajado que ni siquiera se percibe que es ella.
Lo más flojo parece ser el guion, que no se las arregla para volver la trama entretenida ni
empática, por lo que no afecta lo que le pase a los personajes dentro de la narrativa.
Las dos reinas es una biopoc más de época monárquica antigua que se vuelve
olvidable sin tener en cuenta los aciertos nombrados anteriormente.