Para un debate demorado
El documental es el rescate de un grupo de mujeres, que se sumaron a la Escuela de Enfermería.
No son pocos los desafíos que se autoimpone Marcelo Goyeneche en Las enfermeras de Evita, su último documental. Por supuesto, en la base aparece el rescate de la historia de un grupo de mujeres, las que durante el primer peronismo se sumaron a la Escuela de Enfermería, un instituto nacional dependiente de la Fundación Eva Perón, creado y timoneado por ella misma.
El documental gira alrededor de cuatro mujeres, que podrían replicar las voces de miles. Pero Goyeneche excede lo anecdotario. Cuenta una historia, le da un marco político, la interviene artísticamente con coreografías de época y ofrece su espacio, su película, para darle un contenido actual a la lucha de las enfermeras por sus postergados derechos laborales y profesionales. No es poco.
Y en esa abundancia está la dificultad para cerrar un hecho artístisco, que con tantos frentes, ofrece a la vez vulnerabilidades.
Hay un buen trabajo de archivo, una serie de entrevistas que con la calidez de las enfermeras equilibra lo reiterativo de algunos testimonios, una osada intervención a través de la danza y el canto que permite crear un clima de época pero a veces rompe la continuidad, y tal vez un exceso de sumisión militante, reflejado en la simbología peronista y en una lectura que, por momentos, replica hasta el hartazgo la propaganda justicialista como reivindicación simplificadora de los debates de época. Todo en pos del impulso político y social a una profesión, de la creciente inserción de la mujer en las políticas sanitarias. “La Libertadora destruyó todo”, dirá una de las entrevistadas. Y no hay por qué dudar.
En ese derrotero hay hallazgos, como el de María Eugenia Alvarez, Regente de la Escuela de enfermería desde 1952 y enfermera personal de Evita, que cuenta de primera mano la enfermedad de su líder. Y reivindicaciones necesarias, como la de Ramón Carrillo. Y el traslado a la actualidad de una lucha necesaria, la de los sindicatos de enfermeros y enfermeras.
Las enfermeras de Evita es un homenaje de matriz peronista, sí, pero también un rompecabezas para un debate demorado.