Digamos que no veníamos teniendo historias de amor en la cartelera en los últimos tiempos. Hay una tendencia a dejar de lado el género (e incluso tampoco proliferan rom coms como en otras épocas) y centrarse en otros formatos, más masivos y rentables. Siento que además, las series ofrecen mayor posibilidad de expresión para los dramas románticos. Y supongo que todo eso se conjuga y produce un vacío en cuanto a títulos en las salas.
En esta oportunidad nos llega "Film stars don't die in Liverpool", cinta dirigida por el británico Paul McGuigan (de experiencia despareja en cuanto a trayectoria, mucho más sólida en tevé que en la pantalla grande) que da cuenta de un fragmento de la vida de Gloria Grahame (Annette Bening), actriz ganadora del Oscar en 1952 por "The Bad and the Beautiful".
Los años dorados han quedado atrás y la otrora primera figura, una mujer seductora y con varios divorcios encima, se encuentra en los 70' enfrentando ya trabajos menores y contratos alejados de su prestigio histórico.
La trama entonces presenta el nacimiento de un fuerte affair entre Gloria y el joven actor Peter Turner (Jamie Bell), relación nacida en tierra inglesa y al principio llamativa, porque la diferencia de edad era importante entre ámbos (recordemos que es una biopic).
Lo cierto es que el film indaga sobre cómo los amantes van pasando de la etapa fogosa e intensa, a una distinta, (luego de idas y vueltas), en las que Gloria deberá enfrentarse a una enfermedad de difícil pronóstico, para lo cual deberá contar con el soporte emocional de Peter y su familia. Annette Bening está estupenda en su rol.
Le calza perfecto, su edad es ideal para potenciar el carácter de su composición y ella posee todos los matices que debe tener una actriz que encara este difícil rol.
Bell acompaña muy bien, con fibra e hidalguía, el camino que les toca transitar, mostrando su capacidad para recrear emoción con pocos pero visibles recursos. Hay buena química entre ellos.
Sí considero que la historia se sostiene, no tanto por lo que narra (toda esta cuestión de las estrellas que atraviesan el ocaso luego de haber conocido el éxito en toda su magnitud), sino por la habilidad del director de darle todo el espacio para que Bening se luzca. La deja brillar y se nota que hace tiempo que ella necesitaba un papel así.
Hay romance, pero hay también drama en igual proporción. "Film Stars don't die in Liverpool" es una drama romántico ajustado, que estalla por el valor agregado que significa tener a una actriz destacadísima, en el protagónico. Muy buena, en esos términos.