Conocimiento adquirido
Todos aquellos que hemos transitado la formación académica nos encontramos familiarizados con los alumnos sometidos a evaluación de Las facultades (2019), la película de Eloisa Solaas, en competencia en el [21] BAFICI.
Se trata de un documental de observación que reposa la cámara en el momento de mayor tensión de la estructura de enseñanza: aquella en la que se le pide al alumno que en pocos minutos maneje conceptos, elabore una reflexión y demuestre conocimiento en su discurso. Lo que vemos son exámenes de física, piano, derecho, filosofía, medicina, cine y economía, entre otras áreas.
El documental Las facultades se distingue de otros trabajos de observación porque la cámara reposa en los alumnos en esa instancia decisiva, sus rostros y gestos, sus titubeos y posterior alegría o frustración. El edificio de la facultad contextualiza y el docente interrogador (la mayoría de las veces) queda fuera de plano. Como si no importase otra cosa que el alumno evaluado.
Esta decisión formal llega a dos conclusiones: por un lado muestra el sinsentido del rigor académico en ese único y determinante momento, y por el otro, la necesidad de su existencia, sobre todo cuando vemos al estudiante del penal empoderado al apropiarse del conocimiento.
Las facultades es una película simple a nivel formal pero que profundiza con su planteo intelectual, deja al espectador reflexionando sobre lo visto, justamente por la relación que el montaje –fundamental- teje entre examen y examen encontrando puntos en común: las facultades de los estudiantes para sortear la estresante instancia.