Tras su paso por el último Bafici, en el que su directora Eloísa Solaas se alzó con el premio a la mejor dirección en la Competencia Argentina, se estrena Las facultades, un documental de observación que expone una mirada que sigue a los alumnos universitarios en la etapa de exámenes.
Eloísa Solaas planta la cámara con seguridad y muestra diferentes situaciones en lo que respecta a la instancia examinadora educativa (estudio, repaso y ejercitación de los contenidos, los exámenes propiamente dichos y la espera ante el resultado de los mismos) en varias carreras (Filosofía, Artes, Derecho, Medicina, etc.) y sin recurrir a testimonios directos o a voces en off.
La cámara se invisibiliza en medio de las “escenas” (como ya es habitual en muchos documentales) y los que hayan pasado por los claustros universitarios se verán reflejados. Resultaría un exceso extrapolar ideas sobre la educación a partir de este film y corre por cuenta del espectador develar las decisiones que lo constituyen: ¿Por qué se seleccionan estas carreras? ¿Por qué se elige mostrar esta etapa?
Más allá de los momentos que consiguen empatizar con cualquier tipo de público (los exámenes finales orales) a partir de cierta tensión y “humor” provocados por la situación y de la mirada precisa en el cuadro, el documental ni muestra una opinión sobre la educación ni puede ocultar que el andamiaje que lo construye no pareciera superar el presupuesto de mostrar mismas situaciones en distintas carreras y con diferentes personajes, acumulándolas sin más.
Entre los distintos participantes (entre los que se cuenta la actriz, guionista y directora María Alché, acá en su rol de estudiante de filosofía) hay un joven en prisión, al que vemos estudiar Sociología tanto dentro de la cárcel como cuando sale en libertad. Hay allí algo cercano a una historia que trasciende claramente a cualquiera de las otras.