Fallida adaptación de la novela homónima de Claudia Piñeiro que relata las vicisitudes de los miembros de un estudio arquitectónico ante los planteos casi irrisorios del propietario de un departamento por un arreglo.
Aquello que se debería sugerir, se lo resalta, la tensión necesaria para ir develando el misterio tras Jara (Oscar Martínez), no está presente, y si bien la música de Nicolás Sorín genera atmósferas acordes, algunas decisiones que desvían el relato hacia un tono costumbrista y familiar, terminan traicionando el origen policial de la propuesta y su resolución.