El director británico Joe Wright se mete de lleno con uno de los personajes más determinante en la historia del Siglo XX. No lo hace como nos tiene acostumbrado el género biográfico con un repaso de toda su vida, sino analizando minuciosamente algunos meses de 1940 cuando Winston Churchill llega al cargo de Primer Ministro del Reino Unido en el contexto de una Europa invadida por el avance nazi, la operación Dínamo y el rescate en las playas de Dunquerque (al respecto no dejar de ver el film de Christopher Nolan que también está nominado como Mejor Película).
"Las horas más oscuras" apuesta a un relato casi unipersonal, dejando completamente de lado impactantes escenas en los campos de batalla. Todo el peso está concentrado en los hechos ocurridos en los cuarteles secretos donde Churchill organizará la resistencia (gran mérito del guionista Anthony McCarten, el mismo de "La Teoría del todo"). En este punto reside la gran fortaleza del film: un actor que convence a la hora de interpretar a un hombre abrumado por las dudas. Se trata de Gary Oldman, que está a un paso de ganar su primer premio de la Academia como Mejor Actor. Al respecto, el trabajo de construcción del personaje (gestos, tonos, movimientos, etc.) es verdaderamente extraordinario.
Claro que los aspectos técnicos son fundamentales a la hora de darle peso y veracidad a la historia. Gran trabajo del maquillador de efectos especiales Kazuhiro Tsuji (nominado al mejor maquillaje) que vuelve irreconocible a Oldman, sumado al aplomo del director de fotografía Bruno Delbonnel (nominado a mejor Fotografía) que logra el tono asfixiante y el contrapunto entre las luces y las sombras de las locaciones, según el devenir de la historia lo precise, ya sea los oscuros pasillo del búnker o del Parlamento británico.
Aunque la película se base en una narración unipersonal, podemos destacar dos heroínas anónimas. Allí está Kristin Scott Thomas interpretando a la esposa de Primer Ministro y Lily James como su secretaria, notables actrices en sus respectivos roles. Dos mujeres bellas y fuertes que no logran lucirse del todo por culpa de un guión que apuesta todas sus fichas al despliegue de su único y central protagonista. Una lástima.
En definitiva, la dupla Joe Wright / Gary Oldman logra un producto altamente gratificante que sabe dosificar de forma equilibrada sus talentos, saliendo en auxilio el uno del otro cuando la situación lo amerite.