Guerra política en tiempos de guerra
“La política es casi tan emocionante como la guerra y no menos peligrosa. En la guerra nos pueden matar una vez; en política, muchas veces.”
-Winston Churchill.
Probablemente si alguien hubiese consultado la opinión de un ciudadano inglés sobre Winston Churchill previo a la Segunda Guerra Mundial, la respuesta no habría sido la mejor. Hasta ese entonces, su carrera política había estado marcada por algunos errores militares importantes (La Batalla de Galípoli durante la Primera Guerra Mundial) y por controvertidas decisiones, como la de devolver la Libra Esterlina al patrón oro en 1925, cuando era Ministro de Hacienda.
Sin embargo, muy distinta hubiese sido la respuesta de ese mismo ciudadano si tal pregunta hubiese sido formulada luego de dicha conflagración bélica. Para ese entonces, Churchill ya era el líder carismático que había encabezado la resistencia del Reino Unido contra el régimen Nazi de Adolf Hitler.
¿Qué pasó en el medio? Las horas más oscuras explora esos momentos decisivos de tensión en los que el Premier Inglés se ganó el reconocimiento y la legitimidad de la casta política de su tiempo y del pueblo británico.
Joe Wright (Orgullo y Prejuicio; Expiación; Anna Karenina) fue el encargado de darle vida a esta película de época que retoma el calvario que atravesó Inglaterra en el mes de mayo de 1940, cuando Neville Chamberlain renuncia al cargo de Primer Ministro, abriéndole camino al por entonces cuestionado Winston Churchill.
Si bien Las Horas Más Oscuras narra un período histórico tensionado por la Segunda Guerra, no sería correcto decir que se trata de una película bélica. El film se focaliza en las internas políticas a las que debió enfrentarse Churchill, siendo el principal conflicto la lucha contra la rama conciliadora de su partido (liderada por Lord Halifax) que quería llegar a un acuerdo de paz con Hitler.
A su vez, el film pone de manifiesto la difícil relación de Churchill con el Rey Jorge VI y las dramáticas decisiones que tuvo que tomar en esos días aciagos, como la desesperada Operación Dinamo para rescatar al ejército británico, que por ese entonces estaba varado en las playas de Dunkerque.
Wright hace gala de toda su destreza para entregarnos una película sobria, de tonos grises (como la época a la que alude) y decorados imponentes; de internas políticas feroces y discusiones encendidas en habitaciones cerradas. La guerra aquí es el trasfondo; el elemento monstruoso que se avecina pero que –por momentos- parece muy distante. Lo central son las consecuencias de las decisiones políticas que se toman cuando millones de vidas humanas están en riesgo, y la impronta de un hombre cuyo derrotero va del rechazo generalizado al reconocimiento unánime.
Darkest Hour- Joe Wright / Gary Oldman
El trabajo de vestuario, maquillaje, ambientación y representación de la aristocracia Inglesa de la época no hace más que confirmar la maestría del director en lo que refiere a las películas de época. Se trata de una gran adaptación: un tanto previsible y -en ocasiones- innecesariamente melodrámatica (en especial por una inverosímil escena de Churchill en el subte Londinense), pero su discurrir narrativo y el atractivo de su personaje principal la hacen intensamente entretenida y atrapante a la vez.
Y aquí es donde ingresa el factor clave que hace que todas las piezas de este rompecabezas encajen a la perfección: la actuación de Gary Oldman. En efecto, no había manera de que una película sobre Churchill funcionara sin una performance destacada de su actor principal: y el bueno de Gary cumple con creces.
Su actuación es tan buena que por momentos nos olvidamos de que se trata del mismo que otrora interpretó a Sid Vicious y al Conde Drácula. Sin dudas, el gran trabajo de maquillaje tiene mucho que ver en esto, pero la minuciosa apropiación de gestos, tonos de voz, ademanes y miradas es tan compleja que seguramente será uno de los grandes candidatos a ganar el Oscar a mejor actor. Probablemente sea una de las mejores actuaciones de su carrera, en un film que hace muchísimo hincapié en el liderazgo, la oratoria y los memorables discursos pronunciados por Churchill en ese particular período histórico.
En ese sentido, sin tratarse de un film sobre su vida (porque retoma un momento acotado de la misma) la compleja actuación de Oldman y la destreza de Wright nos permiten elaborar un retrato de cuerpo entero del personaje. Y eso es mucho decir, porque todos sabemos que Churchill era bastante gordito…