Años de plomo
Ganadora de la competencia latinoamericana del 26 Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, la coproducción peruano – argentina Las malas intenciones (2011) recorre, a través de la mirada de una niña, los terroríficos años 80 en el Perú.
Cayetana (Fátima Buntinx), una niña de nueve años de clase social acomodada e hija de padres separados, se siente abandonada por sus progenitores. Cuando su madre queda embarazada nuevamente, la muchacha comenzará con un trato hostil hacia su entorno. En paralelo asistiremos a una serie de acontecimientos sociopolíticos que metafóricamente estarán relacionados con el comportamiento de Cayetana.
La ópera prima de Rosario Garcia-Montero reconstruye los peores años de la historia social y política del Perú a través de la visión de una niña, cuya historia personal establecerá un paralelismo con lo que está ocurriendo en ese momento.
La ofensiva de Cayetana hacia su familia estará en la misma línea que la hostilidad social que van atravesando los días del país. Situada en 1982, año en que el terrorismo comenzaba a vislumbrarse, Las malas intenciones va rearmando ese momento de manera simbólica. La representación estará en Cayetana y su forma de actuar. La vida y la muerte, lo nuevo y lo viejo, el pasado y el futuro. Símbolos y metáforas para narrar un hecho real desde una perspectiva completamente diferente, perfilada a través de una familia y como lo que sucede en su seno puede aplicarse a toda una sociedad.
Las malas intenciones, pese a tener algunos momentos demasiados discursivos y una excesiva duración, es coherente con lo que propone. Gracias a una realizadora que tuvo bien en claro que contar, sin apelar al golpe bajo, y una pequeña gran actriz que supo llevar adelante un relato complejo.