Las momias y el anillo perdido (Estados Unidos/España, 2022) es una nueva producción española comercializada en inglés, con grandes voces de actores angloparlantes en su elenco. Aunque el resultado no es el de otros títulos en esta categoría sí es la confirmación de la ambición del cine español en este género. El comienzo promete una película de aventuras memorable que se apaga a los pocos minutos de haber comenzado. Una escena inicial con una carrera de cuadrigas al estilo Ben Hur muestra a uno de los protagonistas, Thut, en plena competencia. Este joven, por mandato imperial, deberá casarse con la princesa Nefer. Ninguno de los dos quiere esto. Pero Thut deberá desposar a Nefer y custodiar el anillo real que el Faraón le ha otorgado; si algo le ocurriera a este, Thut perdería los ojos y la lengua. Todo esto ocurre en el mundo de las momias, un espacio en las entrañas de la tierra.
En la superficie hay un ambicioso pero siniestro personaje, Lord Carnaby, quien lleva a cabo una excavación arqueológica y encuentra un anillo de boda real egipcia. Thut debe ir al mundo de los humanos para recuperarlo. Le acompaña Sekhem, su hermano de doce años, con su mascota cocodrilo, y Nefer. Los cuatro aventureros del inframundo vivirán toda clase de aventuras en la Londres contemporánea. Cualquier ilusión que el espectador pudiera tener se pierde cuando a los pocos minutos de haber llegado a la ciudad la película se entrega sin pudor a los lugares comunes y los más artificiales recursos para intentar conquistar a los espectadores.
El material servía y las posibilidades estaban. Curiosamente, también de España, vimos hace poco Tadeo 3: La maldición de la Momia, que hace todo bien donde esta película hace todo mal. Sí, un par de buenos chistes se pueden rescatar y es difícil resistirse a Walk Like an Egyptian interpretado por Bangles. Pero incluso esta canción merecía estar en una película mejor.