La tentacion vive arriba
En el marco del París de los sesenta, un agente de bolsa, de vida acomodada y bastante burguesa verá conmocionada su cotidianeidad con sus nuevas vecinas de edificio.
Él es Jean-Louise Joubert, en la piel de Fabrice Luchini, nuevamente luciendo muy fresco y hasta ingenuo en un nuevo rol de comedia, tal como habia jugado ya en "Potiche - Las mujeres al poder" como marido de Catherine Deneuve en el homenaje sesentoso de Francois Ozon.
Sandrine Kiberlain -bella y elegante como siempre, a quien recientemente vimos en "Un affaire d'amour" y pronto será la maestra de "Le petit Nicolas"- es Suzzane, su esposa, arquetipo de la mujer de la alta sociedad. Fria, distante, consumiendo su tiempo en actividades sociales y con un vínculo distante y poco afectuoso con su esposo.
Completa el panorama familiar un hijo que asiste a un colegio pupilo, razón por la cual sólo comparte algunos fines de semana con ellos.
El frágil mundo de Suzanne entra en problemas cuando el personal de servicio que se encontrabaja trabajando en su casa presenta la renuncia.
Ese será el momento donde irrumple María, la nueva mucama de la familia, interpretada con una mezcla de candor y mucha sensualidad por Natalia Verbeke (de extensa carrera en el cine español e intervenciones en el cine nacional "El otro lado de la cama" "El método" "EL hijo de la novia"). María es una de las mucamas españolas que se han instalado en unos cuartos pequeños del sexto piso del edificio, huyendo a cualquier precio del régimen franquista que azotaba en ese momento a la sociedad española.
Planteada como una contraposición de dos universos que parecen no tener puntos de contacto, al tándem de mucamas españolas (entre las que se encuentran la siempre pintoresca Carmen Maura -quien ha sido nominada al César como mejor actriz de reparto por este trabajo- componiendo a la tía de Verbeke, Lola Dueñas, Berta Ojea y Nuria Solé entre otras) que se muestran alegres, dispuestas, de espíritu libre y con una chispa especial que se opone fuertemente la pintura de burguesía francesa. Mucho más estructurados, acartonados y hasta con un semblante sinceramente poco feliz.
No faltará mucho para que Joubert se vea seducido por ese universo que se desarrolla paralelamente a su vida, en ese sexto piso tan diferente al suyo.
A medida que vaya conociendo ese micromundo y avancen los días, Joubert se sentirá particularmente atraido por Maria que lo dispone hacia una relación de disfrute muy particular en su vida, en un terreno para él, desconocido por completo.
Pero nada es perfecto, obviamente, y María también tiene asuntos de su pasado a cuestas que irán influyendo en sus decisiones estando además siempre presente la figura de su tía quien advierte rápidamente lo que está pasando entre ellos.
A pesar de algunos momentos con toques de drama, "Las mujeres del Sexto Piso" no pierde en ningún momento el espíritu alegre de comedia, intentando no sólamente entretener sino brindar al mismo tiempo, un pequeño fresco social de esa época, mostrando a dos grupos tan contrastantes y diferentes y con dos formas completamente opuestas de abordar la vida y el disfrute.
Aún cuando Le Guay (de quien comercialmente no se ha estrenado ningún film en la Argentina) aborda esas diferencias desde un lugar que puede sonar tradicional y estereotipado, acierta en recurrir a este artilugio de mostrar un esquema conocido, con el efecto de causar la inmediata adhesión del espectador en el ritmo y la situación a la que nos quiere llevar.
Como una pequeña fábula de la irrupción de algo distinto en la vida de Jean - Louise, el director trabaja en un tono de comedia amena, administrando tanto los toques de humor (personificados mayoritariamente en la relación de Carmen Maura con sus amigas mayores), pequeñas dosis de drama (sobre todo en algunos momentos de la siempre exacta Lola Dueñas que entrega también un trabajo con matices interesantes y además en las situaciones donde el peso del pasado recae en María para tomar decisiones sobre esta nueva relación que se plantea) y un hilo romántico para esta historia que suena creible y entretiene.
Impecable en los rubros técnicos (ha sido nominada también al César como mejor diseño de vestuario y mejor decorado) "Las mujeres del Sexto Piso" se constituye en un agradable pasatiempo con muy buenas actuaciones y una historia sencilla pero efectiva.
Ya lo decía Marilyn, la tentación vive arriba. En este caso, en el sexto piso.