La salvación servida en bandeja
Con formato de thriller la ópera prima de Marcela Balza expone temas como la desesperación, la codicia y el intento de salvación personal cuando las cosas se presentan imprevistamente.
Y eso les ocurre a Regina (Marilún Marini) y Fernanda (Erica Rivas), las dueñas de un hotel de la provincia de Buenos Aires que conoció tiempos mejores y que ahora se encuentra en decadencia. Ellas, madre e hija, podrían quedar en la calle si se ejecuta la hipoteca. Cuando un misterioso húesped (Rafael Spregelburd) llega con una importante suma de dinero que viene de los casinos, la oportunidad para salir de la bancarrota está servida en bandeja y el crimen se presenta como una opción.
Claro que como en toda película las cosas se complican porque una mujer, Gabriela (Andrea Pietra), viene a investigar el paradero del dinero y empuja a madre e hija hacia la tragedia.
En la historia las mujeres tienen una fuerte presencia mientras que los roles masculinos quedan en un segundo plano (el conserje del hotel o las apariciones de Guillermo Pfening y Tato Pavlosky). En Las mujeres llegan tarde, que no escapa a una puesta por momentos teatral, la realizadora genera un drama familiar (con suspenso) que expone las relaciones entre madre e hija a través de situaciones extremas en las que se ven inmersas.
Marilú Marini (Mentiras Piadosas) asume un personaje introspectivo pero que toma decisiones, mientras que Erica Rivas (Antes del estreno) escoge un registro exterior y explosivo. El desenlace, con su cuota de nostalgia y misterios de sangre, quizás resulte abrupto e inconcluso para el espectador, pero el trabajo se sostiene por una trama desarrollada entre el puerto y un hotel al que pocos visitan.