Las preñadas

Crítica de Gustavo Castagna - A Sala Llena

MUJERES DE FUEGO, MUJERES DE NIEVE

El coraje y la valentía de dos jóvenes mujeres embarazadas, el derrotero de hospital en hospital, el maltrato hogareño, la amistad de ambas, la mirada del director brasileño Pedro Wallace que apunta a la denuncia social de un sistema de salud resquebrajado y el retrato de una geografía de supervivencia cotidiana son algunos de los ítems temáticos que ostenta Las preñadas, una coproducción bien latinoamericana que manifiesta, entre otras cuestiones, un lamentable y terminal estado de las cosas.

Y ahí están los personajes centrales, Juana y Carmela, soberbiamente interpretadas por Marina Merlino y Ailín Salas, en esos primeros minutos del film donde se describe el nulo bienestar de cada una con sus respectivas parejas e hijos. Los embarazos de las dos servirán al director para que la película se sumerja en un vía crucis hospitalario, en el reflejo de un sistema de salud hecho añicos que obligará a las mujeres a emprender una especie de road movie de a pie en medio de carencias, molestias, malestares, dolores físicos y desidia social.

En este punto Las preñadas converge hacia un dilema que va más allá de sus pretensiones temáticas. El reflejo directo de un caos hospitalario que padecen ambas mujeres trasluce como el eje central de la película. En ese sentido, se está ante un film que no se diferencia de tantos otros donde se manifiesta una denuncia social sobre un tema determinado donde la sociedad poco puede hacer o, en todo caso, no se preocupa demasiado en remediarlo. Por contraste, la elección de puesta en escena y de un tempo narrativo parsimonioso, elegidos como sistema narrativo por el cineasta Wallace, invade cada una de las escenas y se destaca por encima de su tema en sí mismo ya de por sí expuesto de manera directa.

Es decir, por tomar un ejemplo también del cine argentino: Las preñadas es una película, desde sus decisiones formales, ubicada en la vereda de enfrente de Darse cuenta (1985) de Alejandro Doria, explícita en su discurso y transparente desde su exhibición retórica. La apuesta de Wallace, en cambio, se dirige hacia otra zona: denunciar ese estado de las cosas pero de la forma más sutil posible.

Y ese es el desafío principal de Las preñadas, película rodada en Misiones y Brasil, hablada en dos idiomas, con una inclinación particular por elegir un tono minimalista para determinadas situaciones, lejos de la euforia y del subrayado pero, eso sí, mostrando la fortaleza de dos mujeres que pelean solas ante un contexto acosador y problemático, no solo privado sino también público.