Sin Murdock
Cuando tres delincuentes son arrestados durante un asalto en el que atacan a dos agentes federales a finales de los ´70; a sus esposas se les promete que la organización a la que pertenecen se encargará de su bienestar hasta que sean liberados.
Pero el jefe de la mafia irlandesa que controla Hell´s Kitchen no solo es bastante incompetente, también tiene una palabra de poco valor: espera que se contenten con unos pocos billetes que decide tirarles, aunque no alcancen ni para pagar el alquiler de los modestos departamentos donde viven.
Desesperadas y sin recursos para ganarse la vida, toman la arriesgada decisión de meter su cuña en el negocio y salir a cobrar por protección a los comerciantes del barrio, quienes descontentos porque la mafia nunca aparece rápidamente cuando tienen un problema, prefieran pagarles a ellas por protección. Ofrecen un servicio real a diferencia de la simple extorsión ejercida por una mafia que solo se dedica a recolectar el dinero y desaparecer.
A sabiendas de que tienen poco tiempo para tomar el poder antes de que liberen a sus esposos de la cárcel, se establecerán como las nuevas jefas de la zona irlandesa de Nueva York, aprovechando sus vínculos familiares con el mundo delictivo para llevarlo de nuevo a una época donde el honor entre criminales sea lo que rige los negocios.
Cuesta Creer
Basada en la novela gráfica The Kitchen y con directora debutante (Andrea Berloff), a Las Reinas del Crimen no le faltan algunos problemas narrativos, especialmente en el momento de lograr el realismo verosímil que se propone como meta. En su lugar se notan restos de un tono algo comiquero que no está mal en la construcción de personajes y situaciones, pero no se siente del todo intencional, o por lo menos no se atreve a abrazarlo completamente.
Definiendo todo a trazos gruesos, no explica con mucho detalle quién es quién, pero se asume que los tres encerrados son gente lo suficientemente importante como para que en un principio nadie se atreva a meterse con sus esposas cuando se pasan de la raya, o cuando se sospecha que la incapacidad de quien queda al mando es justamente porque está en un lugar que no se supone que ocupe.
Con esto se espera que creamos el ascenso de las protagonistas encontrando muy poca resistencia en el camino, algo que no resulta del todo pero que al mismo tiempo no queda en el centro de la historia: se prefiere enfocarse en lo que viene después, una vez que ya ocuparon ese lugar.
Probablemente sea un proyecto demasiado ambicioso que hubiera necesitado de una dirección más experimentada para sacarle mayor provecho, pero Las Reinas del Crimen está lejos de ser fallida.