Las Reinas del Crimen no logra transmitir en la pantalla todo lo bueno que su premisa presuponía. Un flojo guion y un elenco de renombre, pero de muy mala performance general, son las principales características de esta primera película para su directora.
Andrea Berloff hace su debut detrás de las cámaras adaptando un cómic de la linea Vertigo de DC en donde no solo no están Batman o Superman, sino que tampoco ningún superhéroe. Dicha ópera prima se encargará de adaptar las historietas de The Kitchen, una miniserie en donde se narran las andanzas de la mafia irlandesa a fines de la década de los 70’s en Nueva York, más precisamente en Hell’s Kitchen. Pero a diferencia de historias como The Godfather (1972) en donde los hombres son quienes mandan en estas pandillas, el bajomundo neoyorkino será dominado por un trinomio de mujeres que se antepusieron a los preconceptos de el resto de los integrantes de la mafia. Las encargadas de ponerle la piel a estas mujeres poderosas serán: Melissa McCarthy (Ghostbusters, 2016), Tiffany Haddish (Girls Trip, 2017) y Elisabeth Moss (The Handmaid’s Tale) cada una con realidades diferentes en cuanto a popularidad pero con una trayectoria que ampara su selección para cada uno de los papeles.
Bajo el mismo nombre que el material original llegan Las Reinas del Crimen y la historia cuenta como Kathy (McCarthy), Ruby (Haddish) y Claire (Moss), tres esposas de altos miembros de la mafia irlandesa que domina los barrios de Hell’s Kitchen, se ven obligadas a ocupar los lugares de sus maridos luego de que estos caen presos después de un atraco que estaban realizando. Pese a que ellas se muestran confiadas y con la seguridad necesaria para dominar la mafia de la ciudad, las tres irán atravesando diferentes situaciones y conociendo aliados y enemigos que harán de sus planes puedan concretarse o complicarse y más aún cuando se vean involucradas en problemas de territorio frente a las otras mafias de Nueva York.
Pese a que la premisa de esta película propone el empoderamiento femenino en una situación a la que se esta acostumbrado ver a hombres, el intento por querer demostrar dicho poder no se ve plasmado del todo ya que la narración es tan lenta y densa como poco poderosa en cuanto a hechos concisos. El discurso que mantiene el film, no va de la mano con lo que se muestra y en aquellos pequeños momentos en los que se amaga a ir al frente, la directora termina cayendo en los clichés de género que se presuponía iba a combatir. Dejando de lado esto, la película en ningún momento logra definir por completo el tono por el que quiere transcurrir. Pese a una oscuridad que parece predominar en el relato gracias a una buena fotografía, el abrupto montaje provoca que las emociones, sin ser demasiadas, no logren traspasar la pantalla y todo quede en insinuaciones. Al mismo tiempo hay demasiadas situaciones que se ven mal resueltas por un muy mal desarrollo de personajes que se presuponían importantes y que terminan en la nada misma. La recurrente utilización de chistes para cortar momentos dramáticos y provocar liviandad en el espectador, ante el ritmo cansino del relato, es de una pobreza cualitativa llamativa sobretodo teniendo actrices que se desenvuelven de gran manera en la comedia. Un aspecto que también hay que tener en cuenta es que el grupo de protagonistas no pareciera tener ningún tipo de relación ni química entre ellas, siendo ésta quizás la motivación central de la película, la empatía que se debiese tener para con ellas es totalmente nula.
Las actuaciones cuentan con llamativos niveles. Por un lado tenemos a Melissa McCarthy que pareciera haber decidido alejarse de la comedia por un tiempo para poder darle a su carrera el salto de madurez que necesita para poder figurar en las producciones más importantes de la industria, pero su personaje es el único que tiene un desarrollo mínimo, del cual se saben las motivaciones y lo que pretende en cada momento del filme. Por otro lado está una Elisabeth Moss desconocida, en cuanto a la poca intervención decisiva en la película siendo quizás su personaje el que podría tener mayor desarrollo, y que además pareciera estar actuando a un desgano total impropio de una actriz de su calibre. Y por último está Tiffany Haddish quién no le aporta absolutamente nada de la impronta por la que se le conoce y sumado a esto tiene la mala fortuna de tener el personaje peor desarrollado por un guion pésimo en el cuál cada palabra que le toca pronunciar o acción que le toca hacer termina quedando demasiado forzado, innecesario y ridículo. El resto del elenco tiene altibajos a pesar de que algunos de sus miembros sean de renombre como los son Domhnall Gleeson o Common.
Las Reinas del Crimen termina siendo un resultado muy pobre en donde un guión con muy poca consistencia y un grupo de protagonistas que no tienen química entre si y nada demuestran son los principales características.