Polvareda, dos mujeres y un western.
Sin dudas La Rojas, de Matías Lucchesi, es una película con una temática poco usual en el cine argentino. Una de aventuras, mezclada con western, pero sin la necesidad de recurrir a efectos especiales. Solo la presencia de un paisaje deslumbrante, una trama inteligente y buenas actuaciones, bastan para dejar bien parado al género. Todo comienza con una entrevista televisiva a Carlota (Mercedes Morán), una reputada paleontóloga argentina, que hizo un (parcial) hallazgo de un animal mitológico: el hipogrifo.
Bastante cuestionada por la veracidad del descubrimiento, así como por sus métodos poco ortodoxos, la fundación que solventa sus excavaciones hace años decide enviar a una colega, Constanza (Natalia Oreiro), para que observe su trabajo. Ante la llegada de la intrusa al santuario natural, la tensión se palpa en el aire. Situación que con el pasar de los días se irá disipando, sobre todo ante la abrupta llegada de Freddy (Diego Velázquez), una especie de pirata de fósiles, y una amenaza para el tamaño tesoro.
Las Rojas es una cinta que con pocos recursos, logra mucho. El paisaje montañoso imponente es uno más de los protagonistas porque refugia a todas las criaturas en sus laderas. A dos mujeres que subidas a una mula transitan el lugar; un vaqueano que defiende a morir el preciado hallazgo; al ambicioso ladrón de guante blanco; así como a los propios lugareños que se unen al ritual pagano que la tierra les ofrece. Todo un western contemporáneo: esta la vaquera que no traiciona su honor; el enfrentamiento con el villano, y el paisaje desértico, salvaje y desolado.
También transita los tópicos de la aventura impulsada por un gran timing. La fotografía concisa, el excelente manejo de esa puesta en escena agreste y polvorienta, y el buen guion, hacen que nunca decaiga el interés que motiva a las acciones de los protagonistas. Tomen con delicadeza la pala y el pincel, porque estamos ante un verdadero hipogrifo del cine argentino.