Nuestros secretos
Clásica película estadounidense sobre el drama adolescente donde prácticamente se abordan todos los temas relacionados con esa difícil etapa, pero ninguno se toca o desarrolla de manera reelevante. Sin embargo, la seriedad y dedicación puesta en la trama, impiden que la historia se torne superficial y de manera sutil, aunque por momentos no tanto, se logra crear un relato muy emotivo y entretenido.
Es importante saber entender que estamos ante una película de excesos. Podrá ser lenta y minuciosa la manera en que se desarrollan los temas, pero nunca una trama donde todos los protagonistas tienen traumas o peculiares personalidades va a pasar por realista o natural. Incluso la manera tan común y transitada en que se resuelven algunos conflictos achatan a la historia. También, las fuertes elipsis entre las escenas le podrán dar mucha intensidad a la película, lo cual la hace fácil de transitar, pero le impiden al espectador tener una verdadera conexión con el nivel emocional del protagonista. Por lo tanto, el problema de la historia recae básicamente en el equilibrio de sus escenas. En algunos momentos son excesivas y lentas (ej. flashbacks de la tía), mientras en otros aunque son intensos carecen de desarrollo (ej. la pelea de los amigos).
Todo en la historia pudo haber sido sumamente pesado y denso. Desde el guión son pocas las escenas que transmitían algún sentimiento genuino o profundo. Sin embargo, las interpretaciones de los actores y esa rara presencia de la música como factor relevante en las relaciones, le otorgan una humanidad a la película que convierten a las secuencias bobas (ej. el noviazgo entre Mary Elizabeth y Charlie) en momentos pasables y le otorgan a las distintas líneas dramáticas, principalmente romántica, el nivel de emoción necesario.
Lo más interesante y más logrado de la película se centra básicamente en las cartas que el protagonista le escribe a su fallecido amigo. A través de ellas conocemos su salud mental (sus progresos y caídas), los acontecimientos de las escenas se resinifican y, más importante, enrarecen el ambiente, lo vuelven esencialmente trágico. Incluso sirven para enmarcar el relato y son útiles a la hora de realizar los saltos de tiempo. También, encuentra su mayor beneficio en poder expresar, no de forma muy directa, los pensamientos internos de alguien que prácticamente no habla.
En conclusión, "Las ventajas de ser invisible" es un relato sumamente emocional y atrapante sobre los problemas internos de un chico cuyos traumas no lo dejan crecer. Por momentos será muy superficial, pero nunca deja de ser honesto y eso es algo valioso.