Rebelde sin causa con James Dean es a los dramas de angustia adolescente lo que El Padrino a los filmes de gángsters.
Aquel film de 1955 es tan grande que lo mirás hoy y los temas que trata siguen teniendo una relevancia absoluta en estos días.
Pueden cambiar los gustos musicales y las vestimentas pero los problemas y miedos que se enfrentan al transitar la etapa del secundario son universales y por eso el clásico de Jimmy Dean es eterno.
Ahora bien, así como la aparición de El Padrino no impidió que se hicieran otras obras maestras de ese género como Buenos Muchachos y la subestimada Donnie Brasco, (Johnny Depp), los dramas sobre adolescentes también brindaron con el tiempo producciones memorables.
Algunos ejemplos icónicos son El club de los cinco (1985), Say Anything (1989) y Suban el volumen (1990).
Películas de este estilo desde entonces se filmaron a patadas pero son pocas las que pueden estar a la altura de esos títulos.
Si La importancia de ser invisible va a marcar a una generación de adolescentes como lo hicieron en su momento aquellos filmes mencionados es algo que lo va a determinar el tiempo y no los elogios exagerados de la prensa.
Este estreno ofrece una muy buena película para disfrutar en el cine pero tampoco es una obra maestra sin precedentes.
La primera parte de la trama reúne todos los clichés posibles de las historias juveniles que transcurren en la etapa del colegio secundario.
De hecho, no existe un solo elemento de este film que no haya sido retratado en la bizarra serie de televisión Comando especial, con Johnny Depp.
Depresión, suicidios, drogas, homosexualidad, abusos sexuales, etc.
Faltó que apareciera Tom Hanson (Depp) corriendo a un traficante por los pasillos del colegio y la hacían completa.
Sin embargo como la trama es musicalizada con temas de The Smiths y The New Order parecería que la película es más cool y profunda.
En lo personal creo que es una muy buena producción estrenada este año pero tampoco hay que vender humo.
Si te dejás llevar por algunos elogios exagerados de la prensa norteamericana parece que es la única película que se hizo con este tema y no es así.
El film fue dirigido por Stephen Chobsky quien adaptó su novela homónima en el cine.
Las ventajas de ser invisible se vuelve realmente interesante cuando Chobsky en la trama abandona el típico melodrama de Dawson´s Creek para centrarse en la salud mental del protagonista que le da un giro distinto a este relato.
En ese momento este film deja de ser un deja vu de cosas que se vieron en el pasado para adquirir identidad propia y encarar este tipo de historias desde una óptica diferente.
Una cuestión que encima se vio influenciada por las tremendas interpretaciones de los protagonistas.
Logan Lerman (Los tres mosqueteros) está increíble en el rol principal y acá demuestra que es un joven con talento que tiene mucho para dar en el futuro.
Ezra Miller, que brilló en Tenemos que hablar de Kevin sorprende con un personaje completamente distinto que sobresale en la historia y aporta muy buenos momentos de humor.
Esa versatilidad que tienen las actuaciones de Lerman y Miller demuestra claramente que estos chicos son actores en serio y no un invento de Hollywood como el reparto de Crepúsculo.
Emma Watson también está muy bien en su rol aunque en mi caso me costó un poquito comprarle el personaje de ex chica promiscua.
Para los fans del terror hay una loca participación del maestro Tom Savini (Dawn of the Dead) que tiene un lindo rol secundario.
Si bien “Nación Prozac”, de Elizabeth Wurtzel es un libro mucho más representativo de la cultura adolescente de los ´90 , esta obra de Stephen Chobsky es dentro de toda una historia decente que se disfruta más que nada por el trabajo de sus protagonistas y se destaca entre los estrenos de esta semana.