Su estreno pasó casi inadvertido en salas locales y no lo merecía. Habla de despertares sexuales y sentimentales y lo hace sin apelar a los clichés tradicionales. Va más allá de la mera historia dulzona sobre adolescentes desconcertados. Se habla de la identidad sexual, el amor, las drogas y las amistades duraderas, pero nada suena a lugar común. Se basa en la novela “The Perks of Being Wallflower”, publicada por Stephen Chobsky en 1999, que narra con tono autobiográfico el conflictivo paso del autor por el colegio secundario. Charlie se enamora de Sam mientras su hermanastro Patrick va a operar como un faro, iluminándole aspectos de la vida que desconoce. Patrick es gay y su franqueza para encarar esta y otras cuestiones delicadas, le servirán a Charlie como revelación en esa etapa que es puro descubrimiento. Mirada lúcida y conmovedora, sobre una edad difícil en la que se suele sufrir bastante.