Poco antes de morir, agonizante, Ema le habla a su nieta sobre su abuelo desconocido. Esto vuelve a despertar en Clara la madre de la niña, su interés por saber algo sobre su padre, a quien nunca conoció. Cuarenta años atrás, Juan es un ventrílocuo. Ha compartido su vida con una muñeca de porcelana a la que le ha dado un alma merced al artilugio de su voz. Pero ha cometido un crimen... El universo de Juan se irá tornando cada vez más denso. La policía sospecha de él. La realidad y sus alucinaciones se entremezclan.