Kate (Emilia Clarke) es hija de inmigrantes que viven en Londres; trabaja en una tienda de Navidad y todas las cosas malas que le pasan últimamente le hacen sentir cada vez más angustiada. Entonces aparece Tom (Henry Golding), un desconocido que se cruza en su camino una y otra vez en las incomparables calles navideñas en la ciudad de Londres. ¿Podrá Kate cambiar el rumbo de su vida? ¿Será Tom quien la acompañará en ese cambio?
Algunos actores secundarios importantes, como Michelle Yeoh y Emma Thompson –autora además del guión-, la canción de George Michael que da título al film y la espectacular ciudad de Londres hacen fuerza para que la película consiga encontrar un rumbo pero aun con tanta belleza alrededor la misión no termina de concretarse.
El director Paul Feig, realizador de las excelentes Bridemaids (2011), The Heat (2013) y Ghostbusters (2016) da un paso en falso en esta película. El guión no lo ayuda para nada, pero el sentido del humor y el feminismo ligero pero contundente de su cine queda acá de lado en esta fábula navideña un poco absurda, bastante sensiblera y con un desenlace que es verdaderamente un disparate que no logra ni funcionar como tal.