No tomarás cosas ajenas
David Tennant (Harry Potter y el cáliz de fuego), luego de su temible Killgrave en la serie Jessica Jones, sabe cómo interpretar a los seres más malvados. Latidos en la oscuridad (Bad Samaritane, 2018), film de suspenso que llega a nuestras salas, lo confirma haciendo que tu vida se torne una tortura.
Un día te levantas, lavas tu cara y te vestís para arrancar la inminente jornada matutina. Cuando crees que este podría ser un día más, la rutina da un imprevisto y te topás con un sujeto que parece tenerlo todo: dinero, éxito, autos y mujeres. Crees que podés aventajarlo y, tras esa ingenua viveza, te chocas con el secreto más temible de esa persona: es un psicópata que tiene en su inteligente hogar a una chica maniatada, víctima de tortura y con un posible final fatal a la vista. De un día tranquilo a un día oscuro. Este es el comienzo de Latidos en la oscuridad y, a partir de allí, el juego del gato y el ratón fluye y fluctúa con intercambio de roles incluido.
Quien lleva las riendas de la película es Dean Devlin, director de Geo-Tormenta (Geostorm, 2017) y escritor de Día de la independencia (Independence Day, 1996), Día de la Independencia: Contraataque (Independence Day: Resurgence, 2016) y Godzilla (1998). Con Latidos en la oscuridad deja por un momento de lado la ciencia ficción de desastre y destrucción para narrar la historia de Sean, un joven con sueños que se gana la vida como acomodador de autos en un restaurante italiano. Él junto a un amigo recurren al ilícito de manera periódica. Una vez que le dejan el auto, eligen alguno y pasan por la casa del dueño del vehículo para llevarse lo que se pueda. El film no los muestra como malas personas para generar el contraste inmediato con quien sí lo es. Toparse con David Tennant no es algo para pasar por alto. En la piel de Erendreich, un ser que aparenta ser el mejor samaritano pero que esconde una vida muy oscura, el inglés nos brinda una interpretación convincente que irradia temor con tan solo mirarlo.
El largometraje no pierde dinamismo durante las casi dos horas. Se plantea el escenario inicial de manera simple y, a partir de la primera media hora, comienza a oscurecerse convirtiendo a la aventura del joven Sean en un martirio constante. Erendreich lo tiene entre ceja y ceja. Sean sabe su secreto y no va a dejarlo tranquilo en ningún momento. Los encuentros entre ambos sostienen el clima de intriga y acción generado y todo se va desbandando sin mucha explicación. En un momento te pones a pensar todo lo que empezó a suceder desde que Sean se llevó el auto de Erendreich y acá si Dean Devlin pareciera querer asemejarse a la ciencia ficción. El desastre y destrucción se apodera de la vida del joven Sean.
Latidos en la oscuridad es un film ideal para pasar el rato y admirar la interpretación de Tennant. Nos remarca, de forma insistente, que debemos obrar con el bien porque si no nuestra vida será un infierno. El que busca, encuentra. Sean buscó aventura y la encontró de manera exponencial. Si nuestra intención es pasar el rato, estar entretenidos, este es un film ideal. Si queremos otra cosa, Latidos en la oscuridad no nos mantendrá cautivos ni con David Tennant a punta de pistola ocasionando desastres por doquier.