[REVIEW] Latidos en la Oscuridad: Ladrón que le roba a secuestrador…
Un interesante thriller se presenta en la pantalla grande con David Tennant y Robert Seehan. Quienes protagonizan una película que podría haber sido mucho más.
Al comenzar quisiera aclarar que si ven la película sin nada de información previa, se sorprenderán mucho más. Ya hemos visto en anteriores películas que un par de ladrones entran a una casa a robar y se encuentran con algo completamente diferente. En este caso un joven se topa con una mujer secuestrada, atada y golpeada. Es ahí donde empiezan las peripecias que debe sufrir este chico llamado Sean Falco, al cual nos lo presentan como un aficionado fotógrafo sensible y cariñoso con su novia, además de afable con su madre.
Pero no es lo que parece, es también un ladrón que junto a su amigo Derek Sandoval roban las casas de los dueños de autos que deben estacionar, en su trabajo de valet parking. No esperen el terror o angustia similar a Don’t Breathe (No Respires) de Fede Álvarez, sino que más bien está enfocada en el suspenso y una especie de persecución caótica de gato y el ratón entre el antagonista y el mencionado joven ladrón.
Si uno aguarda ver este film con un prejuicio fundado en que el director de Latidos en la Oscuridad, Dean Devlin, fue un actor devenido a director (Geostorm) que a la vez fue el guionista de películas destrozadas por la crítica como Independence Day: Resurgence (2016) o Godzilla (1998) se puede llevar una grata sorpresa con esta película.
Además el guionista en este film es Brandon Boyce el mismo de Apt Pupil (1998) un gran thriller sobre un joven que chantajea a su vecino después de sospechar que es un criminal de guerra Nazi. Lo cual puede sumar algo de buenas expectativas al espectador.
Al comparar con otros films de secuestros y rescates podríamos decir que Latidos en la Oscuridad no es tan profunda ni tan policial como Prisoners (2013) de Villeneuve, no existe la desesperación de Llamada Mortal (2013) con Halle Bery, ni la acción de Búsqueda Implacable (2008) con Liam Neeson.
Porque además no se trata de venganza, sino más bien de lo que realiza un joven común y corriente ante una situación semejante, siendo presentada por Devlin con esa simpleza y accesibilidad en la forma de contar una historia bastante predecible pero intrigante. Lejos está de la obra maestra Rear Window (1954) del maestro del suspenso Alfred Hitchcock, pero por instantes el film logra que la cámara desaparezca y estemos sufriendo junto al protagonista. Aún así está más cerca del film Cellular (2004) con Chris Evans, pero el guion de Boyce le agrega algunas cosas interesantes a esta fórmula que ya hemos visto en otras películas.
Uno de los elementos muy bien utilizados es la tecnología, la cual resulta muy creíble siendo vital en ciertos puntos de giro que toma la trama. Desde celulares, computadoras, hasta la casa inteligente que posee el secuestrador Cale Erendreich.
Luego durante la película muchos sucesos pueden ser bastante predecibles, con algunos momentos colmados de tensión pero que duran bastante poco, y teniendo en cuenta la duración del film (1 hora 50 minutos) eso parece un desperdicio. Sin embargo el ritmo desde que el robo empeora va en aumento, con emociones que se intensifican de a poco haciendo ágil el transcurso de la película.
Lo que verdaderamente sostiene el film son los protagonistas y los actores que los interpretan. Empezando por el joven ladrón Sean Falco con el cual podemos identificarnos claramente resultando muy creíble al mostrarnos su impotencia ante la resolución del problema. Además siendo actuado por Robert Seehan (Love/Hate, Geostorm, Fortitude) resulta mucho más verosímil debido a su manera de mostrarnos esa desesperación en conseguir ayuda y al no poder creer el accionar de la policía, o los detectives. Es como si el protagonista luchara con el mismísimo guion, contra la mismísima trama que le ofrece, y eso lo hace extrañamente creíble.
La otra pieza fundamental es el villano, con el cual sobresale su riqueza debido a que, además de conducir un gran auto, las escaleras que llevan al piso de arriba de su casa están iluminadas por pequeñas luces parecidas a las del cine. Sin embargo lo que auténticamente se destaca es su locura siendo interpretada de forma estupenda por David Tennant (Dr. Who, Jessica Jones, Broadchurch y muchas más series). Él tiene ese ingenio estratégico del asesino en serie metódico, pero aquí no siendo tan sutil. La razón de su locura es de los pocos misterios que hay en la película, lo que el guion desgraciadamente no satisface al ser revelado debido a la vaguedad de la explicación. Aun así la rivalidad entre estos dos es la relación que impulsa toda la película, y sin duda el componente más emocionante.
Aunque lo interesante es el villano Cale Erendreich, el desarrollo de éste no está aprovechado debido a que solo se presenta su trauma de la niñez mediante flashes. Es decir, si vas a explicar el porqué de su locura (mediante una manera técnica bastante clásica) habría que hacerlo completo o por un motivo bastante más desarrollado. La falta de información, la escasez de detalles de Erendreich, unidos a una banda sonido deslucida hace caer parte del clímax de esta película, no siendo lo que quizá uno espera.
Además el film malgasta el uso de las relaciones vinculadas al protagonista Falco presentadas en el primer acto de la película, ya que la novia, la familia y el amigo son explotados de manera simple por parte del antagonista en esta batalla entre ellos. Es decir, estos personajes secundarios parecen poco desarrollados a diferencia de los protagonistas, lo cual también hace flaquear la trama.
A pesar de que Latidos en la Oscuridad presenta varios errores realizados por los personajes protagónicos en ciertos momentos de la narrativa, la película es muy atrapante, con buenas actuaciones y situaciones interesantes que valen la pena ver y juzgar por si mismos.