El comienzo de la película tiene situaciones escalofriantes, de mucha tensión, intriga y resulta impactante; podríamos decir que funciona a la perfección el toque psicológico y las buenas actuaciones de David Tennant (“Doctor Who 50 aniversario”) y Robert Sheehan (“Cazadores de sombra”) logran que el espectador logre meterse en la trama y sentir junto al protagonista, un villano que se las trae. Posee alguna vuelta de tuerca, pero no logra sostenerse hasta el final.
Contiene elementos del cine de Alfred Hitchcock, momentos que recuerdan “El silencio de los inocentes”, “No respires” de Fede Alvarez, ciertos excesos, cae en lugares comunes ya agotados, no ofrece nada nuevo, termina siendo superficial y convencional. Pero tal vez ciertos espectadores seguidores del género o las nuevas generaciones puedan disfrutarla.