Lazos de sangre es uno de los thrillers más interesantes que brindó el cine norteamericano en el último tiempo.
Se trata de una historia que tiene todos los elementos e ingredientes de una típica novela policial, con la particularidad que la directora desde su narración le escapó a la convenciones del género.
De alguna manera, es un policial disfrazado de “cine arte”.
Podría hacer una larga lista mencionando clásicos del film noir donde también podrías encontrar a los personajes de este estreno.
Acá no hay detectives ni grandes persecuciones, sino una adolescente de 17 años que tiene la enorme responsabilidad de llevar adelante su familia en una zona rural de Missouri, que no deja de ser un importante personaje en esta historia.
Una región que parece una radiografía de un país olvidado, que no suele retratarse en el cine y la televisión hollywoodense, pero que no dejan de mostrar la otra cara del primer mundo.
De hecho, por momentos la trama y los personajes parecen salidos de esas canciones que Bruce Springsteen compuso en el disco “Nebraska”.
Ree, la protagonista, tiene unos pocos días para encontrar a su padre y evitar que le rematen la casa por problemas con la Justicia.
A partir de que la chica entra en acción la película se mete de lleno en una odisea sumamente absorbente que con el tiempo se vuelve apasionante.
Los que parecían villanos se vuelven aliados y los que podían ayudar a la heroína resultan todo lo contrario.
Todo el pueblo conoce a Jessup, el padre de Ree, pero nadie quiere ayudar demasiado a la hija y meterse en el tema porque hay algo turbio.
Es genial la tensión que creó la directora con estos enigmas que hacen atrapante a la historia.
Lo interesante es que frente a todas estas cuestiones se suma el hecho que la protagonista tiene que hacerse cargo del cuidado de sus hermanos como puede, ya que está completamente sola durante una temporada invernal desoladora.
Jennifer Lawrence brinda una interpretación fabulosa, que se destaca por la naturalidad con la que compuso su personaje. Una gran revelación.
Sin embargo, la gran figura de este film es John Hawkes, uno de los actores más subestimados del cine norteamericano que acá pudo brillar como nunca.
Hawkes es uno de esos grandes artistas que la gente no suele reconocerlo por su nombre, pero si por su rostro, ya que apareció en todo tipo de filmes populares como American Gangster, Del crepúsculo al amanecer, Identidad, Una tormenta perfecta y la serie Lost, entre algunos de sus laburos más conocidos.
En este caso interpreta al tío de la protagonista que es un sujeto intimidante e impredecible. Un personaje que le valió la nominación al Oscar como mejor actor secundario. Un reconocimiento totalmente merecido.
Otro gran acierto de la directora fue trabajar con los vecinos de las zonas rurales donde se filmó la película que contribuyeron a darle un gran realismo a ese enigmático lugar donde se desarrolla el misterio.
No sé si Lazos de sangre va a ser una película popular que enganche de la misma manera a todo el mundo, pero en lo personal me encantó y la recomiendo.