Pueblo chico: infierno grande
El año pasado, Melissa Leo (hoy nominada al Oscar como mejor actriz de reparto por "The Fighter") descollaba en "Frozen River" como una mujer que queda sola para mantener a su familiar y tiene que recurrir a trabajos espúreos para poder levantar los pagos de su casa.
Un tour de force similar era lo que suponía que le sucedería a Jennifer Lawrence en "Lazos de Sangre" cuando tuviese que levantar la hipoteca que pesa sobre su casa, cuando su padre la usó para pagar parte de una fianza y salir de entre rejas.
El estreno de esta semana nominado a cuatro premios Oscar (mejor película - mejor actriz - mejor actor de reparto y mejor guión adaptado) comparte con ésta el hecho de mostrar la cara de los Estados Unidos rural y pueblerino que pocos directores y guionistas quieren mostrar dentro del cine americano en general y que por lo tanto, algunos directores independientes, toman a su cargo.
Con el aparato Oscar's mediante, "Lazos de Sangre" logra la distribución en la Argentina que otras películas de temática similar no logran.
Mientras "Frozen River" abordaba desde un formato de thriller exasperante, donde somos testigos del momento en que una mujer común se mete en problemas para salvar a su familia y sufrimos acompañando a la protagonista en un camino tan incierto como peligroso, en "Lazos de Sangre" nos sucede algo similar.
También sabemos desde un primer momento que cuando Ree Dolly (Jennifer Lawrence), una adolescente de tan sólo 17 años, se embarque en la búsqueda de la verdad de lo que pasó con su padre para tratar de defender a su familia, tambien será un camino dificil y peligroso.
Pero la directora Debra Granik prefiere imprimirle un tono muchísimo más pausado y de ir develando algunas capas de la historia, ocultando en algunos personajes más que mostrando abiertamente lo que pasa.
Con un tiempo muy particular -no apto para aquellos que piensan que al ser una película nominada al Oscar se mueve dentro de los cánones de Hollywood- y mostrando una heroína que si hubiese nacido en Francia seguramente hubiese dado lugar a ser retratada por los hermanos Dardenne o si fuese argentina podría ser pintada por la sordidez con la que Caetano suele manejarse con sus personajes, Ree Dolly es la que deberá salir al ruedo y salvar a su familia.
Familia en la que hay una madre completamente catatónica, un tío que atrae y repele casi con la misma intensidad habiendo incluso algunos escarceos que dejan dudas (el nominado al Oscar John Hawkes) y dos hermanos menores cuya suerte depende solamente de nuestra heroína.
Para llegar a la verdad, tendrá que lidiar con la "maffia" local donde como todos sabemos en un pueblo chico, el infierno es grande y los personajes que mueven los hilos de la ilegalidad son siempre los mismos.
El guión muestra a los malos muy malos y a la pobre Ree sacando fuerzas de donde no tiene para llegar a que la verdad salga a la luz y salvar a su familia.
Jennifer Lawrence -a quien vimos en "Camino a la Redención" junto a Kim Basinger y Charlize Theron- brinda un gran trabajo, aún cuando hay momentos en donde el sacrificio suena demasiado impostado, pero le toca llevar adelante el peso protagónico de toda la película y la dificil tarea de que el interés no decaiga, aún cuando el ritmo que impone la directora tiene tiempos lentos que debilitan la atención.
Mostrando la parte más indeseable del gran país del Norte, el segundo film de la directora Debra Granik -y primero que llega a nuestro país- se toma su tiempo para presentar la historia, para mostrarnos con algunas tomas descansadas, la vida de los hermanos de Ree y la vida del pueblo en general, totalmente contratastante con lo que se esconde bajo la superficie.
A su debido tiempo y cuando ella lo crea conveniente, desenmascara -pese a algunos lugares comunes y algunos apuntes un poco obvios- el submundo de los manejos ocultos en los pequeños pueblos donde el alcohol, las drogas, el sheriff y la marginalidad se manejan completamente diferentes cuando cae el sol.
Justamente ahí donde aparece el lado más oscuro, Ree tendrá que meter sus narices, sin medir todos los riesgos que eso pueda traerle aparejado, pero querrá cumplir con su objetivo de reinvindicar su lugar en la familia, su rol de hermana mayor y cambiar su pequeña historia en su pequeño lugar en el mundo.