Sonidos perturbadores
El director surcoreano Chan-Wook Park inicia su carrera en Hollywood con Lazos perversos, película que puede considerarse un ejercicio de estilo, al mismo tiempo que una indagación sobre ciertos vínculos familiares.
El director de Oldboy propone varias formas de violencia, que tienen su germen en lo psicológico, que van de lo sutil a lo brutal. Mezcla de thriller psicologista y filme erótico, Lazos perversos gira en torno a la relación de una jovencita, su madre y su tío.
India pierde a su padre en un accidente automovilístico. Se termina ese día la ensoñación de la chica que siente a su padre como un amigo y compañero de caza. Su madre, una mujer deprimida, con todas las marcas del ocio entre las paredes de la mansión, no logra establecer el vínculo con la hija. A la historia de carencias se suma el tío Charlie, que aparece con sus gestos ambiguos, sembrando seducción y peligro.
Mia Wasikowska compone el rol de la chica que tiene un extraordinario poder de percepción, entrenada para cazar, una chica triste, seria, arisca. Nicole Kidman logra con naturalidad el papel de la mujer desquiciada. En tanto, Matthew Goode es un galán de movimientos robotizados y mirada de hielo. Buen equipo para la entrada de Park en el cine de género. El mismo director ha comentado las referencias (que para el espectador cinéfilo son explícitas) al suspense de Hitchcock. Hay, incluso, en ese ejercicio, elementos que Carlos Sorín explotó en El gato desaparece.
La película de Park es perturbadora, sobre todo cuando va armando la trama de percepciones que lleva a India a sucesivos descubrimientos macabros. La edición de sonido genera esa inquietud: el metrónomo del piano puede enloquecer a cualquiera.
Hay también anticipaciones y retrocesos, como flashes de la percepción de India. Los ruidos que sólo ella reconoce envuelven el silencio. La fricción en la cáscara del huevo se amplifica en su cabeza. Todo colabora al derrumbe psicológico, por contagio. Además de los lugares comunes del género, bien empleados, la relación erótica entre el hombre y las mujeres potencia el thriller: el peligro está en casa. La mansión y ellas, colgadas del tiempo, en una difusa época actual donde todo luce ligeramente distorsionado, son la caja de resonancia de secretos de familia.
"Volverte adulto es volverte libre", sentencia India. Park elige un modo cruel, apocalíptico y desesperanzado para arrojar a la chica a la caza del mundo.