Escrito con sangre
El coreano Park Chan-wook se suma, con LAZOS PERVERSOS, a la larga lista de cineastas extranjeros que se pasan a Hollywood perdiendo algo fundamental en la transición. A la vez, siendo un realizador con marcas estilísticas muy fuertes, los resultados no son del todo despreciables sino, más bien, extraños, lo que transforma a esta película en un curioso híbrido que vale la pena analizar.
Famoso en Hollywood, básicamente, por OLDBOY, Park se puso al mando de un filme que uno podría describir como una cruza de filme de terror, melodrama de los ’50 y película de suspenso hitchcockiana. Pero esa descripción no lograría transmitir la casi bizarra especificidad de este material y de la forma en que está manejado.
Stoker-Mia-WasikowskaIndia Stoker (Mia Wasikowska, en plan chica deprimida y conflictuada) acaba de perder a su padre en un accidente automovilístico. Su madre, Evelyn (Nicole Kidman, en otra personificación excesiva para la galería del cine camp), con la que nunca se llevó bien, vive con ella en una gran casona. Hasta allí llega Charles (Matthew Goode, en la caracterización más problemática de la película), un tío que India no había visto en muchos años (de hecho, ni sabía de su existencia), que de la nada se instala en la casa, provocando una división aún más fuerte entre madre e hija, ya que este misterioso hombre parece tener ojos para las dos.
Así, mientras Park se regodea con pirotecnias visuales, juega con formas y colores y planta escenas sangrientas y eróticas, intentando transformar la historia en un mix de figuras hitchcockianas (con LA SOMBRA DE UNA DUDA como la más clara influencia) en un escenario propio de un melodrama de Douglas Sirk (Sirk + Tim Burton, tal vez), se va desarrollando esta historia de intrigas, suspicacias y suspenso.
stoker nicoleCharles ayudará a India a lidiar con agresiones en el colegio, pero también seducirá a la muy necesitada Evelyn, mientras en paralelo algunos personajes secundarios empiezan a desaparecer misteriosamente. ¿Quién es este hombre? ¿Por qué actúa como actúa? ¿Cómo resolverán madre e hija la tensión cada vez más extrema a la que llegan por su culpa?
Viendo LAZOS PERVERSOS uno a veces tiene la impresión de que se trataba de un guión más o menos clásico de terror y suspenso, y que Park tomó la decisión de darle un fuerte toque autoral, alejándolo de las rutas estéticas convencionales. Uno nota que la trama no es muy original ni fuera de lo común y, a la vez, lo que no se puede dejar de notar es que el director quiso ponerle su marca, a veces de forma lograda y otras, no tanto.
Esa decisión le juega a favor y en contra al mismo tiempo. A favor, para mí, por trastocar las expectativas, por haber hecho una película que mantiene al espectador atento, no tanto al desarrollo de la trama sino a cuestiones de puesta en escena. Eso, que puede ser problemático para la película en términos comerciales (uno nunca deja de ver la ingeniería y pocas veces se mete del todo en la trama) la hace a la vez intrigante y curiosa, nos invita todo el tiempo a pensar en cuestiones de forma y de decisiones estéticas.
stokerDe cualquier modo, ese “vuelo audiovisual” que tiene el filme muchas veces, directamente, no funciona. Y aquí creo que el mayor ruido lo harán, para muchos, las actuaciones. Kidman sigue en plan desborde, con su rostro cada vez más de cera, y dejándonos con la duda de si sabe, o no, que está actuando en plan diva de los ’50, al borde del camp más absoluto.
Wasikowska, por el contrario, parece estar más cerca de la languidez, acaso para contraponerse a su madre, pero es Goode el que complica todo el juego, ya que su personificación es tan básica (una media sonrisa canchera es su único gesto en toda la película) que transforma a su personaje en un villano obvio, cuando debería ser un familiar seductor e interesante que logra entrometerse en la vida de estas mujeres. Sólo hace falta verle la cara dos segundos y uno sabe que no debería dejar entrar a su casa a alguien que parece reírse hasta en el velorio de su propio hermano.
LAZOS PERVERSOS no es una buena película en términos convencionales, pero creo que verla es un gran programa, un interesante ejercicio en choques estilísticos, apropiaciones y combustiones genéricas de todo tipo. Park se regodea en su propio rompecabezas de influencias perdiendo un poco de vista lo que tiene para contar. “Soy yo más importante que la película”, parece decir. Acaso, considerando la simplista historia de su debut hollywodense, Park tenga razón. El termina siendo el motivo más interesante por el que ir a verla.