Relaciones peligrosas
En el mundo del cine todas las historias ya fueron contadas, pero el secreto reside en cómo narrarlas para provocar al espectador. Eso es lo que busca el director coreano Park Chan-wook (Old Boy) que hace su debut en el cine norteamericano.
Lazos perversos (Stoker) es un thriller cuyas imágenes se completan un tiempo después de que el espectador abandona la sala. Con un punto de partida sobre el que volverá al final, el realizador instala las dudas a través de un juego visual rico en detalles y con transiciones (pasa de la cabellera de Kidman a unos pastizales de manera imperceptible) que deben su mérito al cuidadoso montaje.
Después de la muerte de su padre, India (Mia Wasikowskam la adolescente de Alicia en el país de las maravillas) una adolescente conoce a su tío Charlie (Matthew Goode) del que poco se sabe y que llega al lugar para vivir con ella y su madre (Nicole Kidman). Y ahí comienza una historia que combina misterio, locura y un pasado oscuro en esta atractiva apuesta visual del cineasta que, a manera de rompecabezas, irá dando la información necesaria al público con el correr de los minutos.
Lo interesante del cine de Park Chan-wook, el mismo que también jugó con la acción en Sympathy for Mr. Vengeance, es que le imprime al género un aire innovador y violento (escenas sangrientas no faltan) donde los detalles cobran una dimensión expresiva muy funcionales al relato.
La presencia del tío cobra una faceta fantasmagórica desde la escena del cementerio para la retina de India, y adelantará el caos que viene a instalarse en la casona de una familia con perturbaciones. El espectador se encontrará con una madre que llora en silencio y pasa el límite, con su hija que coquetea con arañas y con un asesino preciso y perverso que tiene como arma un cinturón.
Tanto la seducción como el erotismo los empujan hacia un desenlace violento como en el documental que se ve en un televisor, donde el cazador y su presa inician su juego de muerte.