Generalmente cuando uno se incorpora a un grupo que ya está armado, al recién llegado se lo observa con recelo, midiéndolo tanto en su aspecto físico como en el trato con los demás para saber si es aceptado o no en ese grupo. Eso es lo que le ocurre a Benoit (Rèphaël Ghrenassia), un preadolescente que ingresa a un colegio parisino luego de vivir con su familia en una provincia francesa.
En esta comedia dramática el director Rudi Rosenberg narra las peripecias de un chico que intenta ser aceptado por sus nuevos compañeros, pero que la mayoría de ellos no lo acepta por ser “el novato”, y de alguna manera le hacen pagar el derecho de piso discriminándolo, excluyéndolo, burlándose de él, etc. La crueldad tan peculiar a esa edad de un grupo de chicos, liderados por Charles (Eythan Chiche), quien es el típico cancherito que tiene sus seguidores, se manifiesta a lo largo del film y se contrapone con otros dos clanes, y los neutros que hacen la suya y no les interesa ser populares uniéndose por no poder pertenecer a ninguna de esas dos agrupaciones. Con esos marginados es que el protagonista puede entablar un acercamiento, aunque a él le interesa ser integrado por todos sus compañeros.
La lucha de aceptar y ser aceptado por los demás es la misión que tiene Benoit en esta historia que transcurre tranquilamente, sin buscar grandes emociones, donde no hay proezas, desafíos, ni actos heroicos.
Esta obra está filmada principalmente en locaciones interiores, con marco en una universalidad, por lo que bien puede desarrollarse en París, Nueva York o Buenos Aires. Al director no le interesa focalizar un problema determinado que sucede en las escuelas francesas, para realizar una denuncia social sobre el tema, sino que todo lo refleja con bastante liviandad, narrando las formas de vincularse de un conjunto de escolares que tienen sus primeros bailes, amores, frustraciones, desencantos, etc., con un tono amable, distendido, en forma dinámic, sustentada por los ágiles diálogos y apoyada por la iluminación, fotografía, encuadres clásicos, escenografía, vestuario, que producen en el espectador una mirada tranquila y apacible, alejada de la angustia que muchas veces genera este tipo de producciones.