Al otro lado del muro
En su batalla por afirmarse, la tercera entrega de la saga, encuentra mejores recursos.
Con Divergente, la serie: Leal, esta saga distópica suma un nuevo capítulo, tercero y anteúltimo en esta carrera frenética por adaptar los libros de la estadounidense Verónica Roth. La historia mantiene protagonistas y director de la anterior entrega (Insurgente), y sigue buscando recuperarse de un arranque débil e insulso, objetivo que a fuerza de costumbre e imposición va consiguiendo.
Se sabe, la trama transcurre en una Chicago pos apocalíptica, lo que quedó de un mundo destruido, donde la sociedad se organiza y divide en cinco facciones que ahora están en crisis, al borde de la guerra civil. Sin brillar en su papel, Tris (Shailene Woodley) sigue siendo la gran protagonista, acompañada por Cuatro (Theo James) el guerrero del grupo. Ambos deciden que es tiempo de atravesar el muro, de escapar de esta ciudad cercada, desafiando a la nueva líder de Chicago, Evelyn (Naomi Watts) para buscar las respuestas que ya no encuentran.
Son cinco los disidentes que saltan al otro lado, donde reina la devastación, donde todo es dominado por otro líder, un tal David (Jeff Daniels) que los guía hasta su modernísima y desértica ciudad, un laboratorio genético en el que la historia dará un nuevo giro.
La escenografía futurista, la acción, y la ciencia ficción jalonan más que el contenido de la historia, que sin embargo arroja algunas subtramas y por momentos nos permite olvidar que se trata de una franquicia con gran reparto. Ganan espacio las actuaciones de James y Ansel Elgort, y mejora la película con debates sobre la memoria, la génesis del poder, y el conflicto de personalidades que se genera entre Tris y Cuatro, ella pura y él dañado, según las categorías que les adjudican en su nuevo lugar, en la oficina de David.
Aunque la escenografía futurista del laboratorio y del mundo ácido que se expande más allá de Chicago está bien logrado, no hay grandes sorpresas tecnológicas, nada que no hayamos visto. Tampoco son profundos ni riesgosos los vínculos entre los protagonistas; más allá de los contrapuntos no se calienta nunca la relación entre Tris y Cuatro. La película, y el público joven, necesitan de ese riesgo. Pero al salir de la ciudad, la historia recupera otro punto de vista, un poco de aire para una saga que necesita mantenerse viva hasta que llegue el final.