Darse cuenta
Al igual que otras sagas cinematográficas basadas en best sellers para adolescentes, los productores de Divergente la serie: Leal (Allegiant, 2016), decidieron narrar la última historia en dos etapas. Así, esta primera fase hacia el final de la serie, contará con un ritmo mucho más lento que las anteriores entregas y, justamente, en el intento de aprovechar al máximo la posibilidad de generar más ingresos en la taquilla dividiendo al film en dos, se resentirá la dinámica que envolvía a las películas previas y que hasta el momento le habían sumado miles de adeptos en el mundo.
Divergente la serie: Leal inicia en el mismo punto en el que vimos por última vez a Tris (Shailene Woodley) y Cuatro (Theo James), intentando escapar hacia el mundo exterior luego del asesinato de la déspota Jeaninne (Kate Winslet), quien controlaba todo intento de diferenciarse del resto. Ahora, con un nuevo orden comandado por Evelyn (Naomi Watts), el que en apariencia terminaría por liberar al mundo de la división por facciones, los jóvenes detectan sus verdaderas intenciones -y su enfrentamiento con Johanna (Octavia Spencer)- emprendiendo rápidamente el escape.
Sumando adeptos y no tanto, Tris y Cuatro tratarán de ir hacia fuera del muro, aquel lugar que hasta hace un tiempo era impensado por ellos y en el que, ellos creen, se encontrarán las respuestas a muchos de los interrogantes que han tenido desde siempre sobre su verdadera identidad y objetivo en la Tierra. Pero la huida, ya lo sabemos, no será fácil, Evelyn y su séquito se lo pondrán complicado, y durante varios minutos del metraje la acción se orientará a mostrar esa huida hasta que la escalada y posterior descenso de los muros (con alguna perdida de personajes en el medio) se concrete. Del otro lado se encontrarán con un universo diferente al pensado. Un espacio devastado y marcado por tonos rojizos que acentúan la falta de vida y la soledad y a donde nunca pensaron que iban a llegar. Pero claro está que ese lugar será sólo un escenario montado hasta toparse con la verdadera civilización, una ciudad dirigida por David (Jeff Daniels).
La película es dirigida nuevamente por Robert Schwentke, quien tras Insurgente (2015) recuperó el espíritu más rebelde de la historia creada por Veronica Roth y pudo profundizar en la psicología de los personajes, quienes se mostraron mucho más potentes y sólidos que en la primera entrega gracias a un guión pleno de acción y tensión. Pero en esta oportunidad, y como se mencionó anteriormente, al dividir la historia en dos partes, el suspenso creado se disuelve rápidamente transformando al film en una larga construcción semántica sobre la libertad, la diferencia, el trabajo en equipo y la honestidad como fuente de inspiración, que termina cayendo en lugares comunes y generando tedio.
Divergente la serie: Leal funciona como preludio y bisagra entre Insurgente y el final esperado de la saga, pero se resiente al reiterar ideas y metáforas obvias como el “suero del olvido”, una siniestra herramienta que será utilizada para coaccionar a las facciones y que terminará por mostrar la verdadera cara de David, otrora líder soñado y luego expuesto como el verdadero artífice de todos los problemas de Tris y Cuatro.
Habrá que esperar un tiempo para ver cómo termina la historia de estos dos jóvenes enamorados, que, de la diferencia, supieron construir un espacio de diálogo para inspirar y colaborar a los anhelos y deseos de muchos hacia el camino de la libertad.