Tras un viaje a Rawson, Gastón Klingenfeld se trajo consigo un entrañable puñado de historias y personajes en torno al puerto de la la capital de Chubut. Esto lo llevó a volver, ya con cámara en mano, y adentrarse en la cotidianeidad de los trabajadores pesqueros, un universo hecho a base de sacrificio, solidaridad y respeto por el mar. El título del documental se refiere al carácter hereditario del oficio, motivo tanto de orgullo como de preocupación.