Es posible que nos encontremos ante la mejor película de Batman y sino le pega en el palo. Ojo que no estaría bien juzgarla con la solemnidad y exigencias de productos tales como The Dark Knight (2008) o Batman vs Superman: El origen de la justicia (2016) porque nos encontramos ante una parodia animada. Pero dentro de ese mundo y con esas reglas es excelente
Cuando se estrenó la película de Lego en 2014 Batman prácticamente se robó el show y aquí está todo al máximo exponente.
Las referencias a los comics se cuentan por decenas y los fans delirarán. Todo en un marco muy gracioso que no le escapa a nada y que se mantiene siempre en una línea muy finita entre el apto para todo público y los mayores, gracias a licencias y dobles sentidos.
Por ello está muy bien decir que es una película para toda la familia. Todos la pasarán bien.
El director Chris McKay, quien viene de hacer esa genialidad llamada Robot Chicken tomó lo ácido y la rapidez de ese show para esta aventura encapotada.
El film es totalmente autorreferencial y juega con el mito de Batman todo el tiempo. Desglosa muy bien al personaje y utiliza a todo su entorno de la mejor manera posible.
Al momento de escribir la presente crítica aún no he visto el film en su versión original y lo lamento mucho porque todo el elenco la rompe. Los trabajos de Will Arnett y Michael Cera son formidables.
Y en cuanto a la animación una de las características fantásticas de las películas de Lego es que no se le puede exigir la excelencia de una producción de Pixar sencillamente porque no encaja.
Lego Batman es puro divertimiento tanto para chicos como para grandes pero que además tiene elementos que volverán locos a los fans del personaje. Una verdadera joya.