Cuando en 2014 se estrenó The Lego Movie me pareció una genialidad total. Muy original en su planteo y desarrollo, además de ser una fiesta de referencias cinéfilas.
Si bien hubo un cierto sector del público al cual no le gustó, en líneas generales tuvo una gran aceptación y fue un éxito.
Este año llegó el spinoff Batman Lego, una verdadera fiesta para los fans del murciélago así como también para los espectadores ocasionales y los más niños.
Esta es la tercera película de la factoría (no se cuentan los especiales para DVD), y lamentablemente no posee el magnetismo ni gracia de sus predecesoras, o por lo menos no lo tiene para el público adulto.
Lego Ninjago ya es diferente porque abre y cierra con escenas de acción real protagonizadas por Jackie Chan, quien cuenta la historia que vemos en pantalla y recién ahí pasamos a la animación de los Legos.
El plot es una especie de fórmula Power Rangers mezclado con Karate Kid y film de Disney sobre el auto descubrimiento y la relación padre/hijo.
Dirigida por Charlie Bean, Paul Fisher y Bob Logan, óperaprimistas que cuentan con larga trayectoria en animación.
Pero queda bien claro que no funcionan de la misma manera en la cual lo hicieron Chris McKay y la dupla Phil Lord/Chistopher Miller en las dos entregas anteriores.
Aquí no hay originalidad ni acidez.
En consecuencia tenemos un relato infantil que no brilla por casi ningún lado salvo en algunas secuencias.