Una divertida Claudia Lapacó nos sorprende con un papel de madre de clase media que se entera que su hija es lesbiana, se entera casi durante el fundido en negro de la pantalla al comienzo: no hay un secuencia de imágenes de ella espiando, o dándose por enterada de las señales, o haciendo en varias oportunidades preguntas sobre la vida privada de su hija: No.
La directora presenta el tema así, al plato: En la cocina Ruth, interpretada por una Virginia Innocenti de entre casa, recibe una pregunta directa a la que responde de la misma manera.
Su madre Estela lo comenta con su vecina/amiga y comienza un mini tour por el circuito gay cercano a su hogar. Ruth le comenta con dificultad a su pareja actual (excelente Claudia Cantero) que su madre post desmayo, ya esta conciente de que son más que amigas, esta la felicita por el paso dado.
Luego se dan una serie de situaciones en las cuales se ve envuelta Estela con el pretexto de conocer mejor a su hija, en medio esta su otra hija interpretada por Ana Katz, las idas y vueltas de la novia de Ruth y su atractiva asesora ( Mara Santucho).
El afiche no le hace justicia al film, hay que aclararlo, una serie de fotos en situaciones que nunca vemos a las pareja protagonista y en medio Claudia Lapaco recibiendo un baldazo de agua (se entiende) con la frase flotando “sorpresas te da la vida” . No es para nada eso: no hay gritos ni sobreactuaciones.
Se trata de un film costumbrista, pero directo y limpio: sin chiste fácil, con personajes queribles y sostenibles.