Retrato del señor básquetbol
León Najnudel se merecía una película: es un documental clásico, rico en testimonios e imágenes de archivo.
León Najnudel fue, quizá, el hombre que más hizo por el básquetbol argentino. Su gran legado es la Liga Nacional, que fomentó la competitividad en serio y llevó a que jugadores argentinos, y el propio Seleccionado nacional, se destacaran en el mundo. Najnudel se merecía una película. Y José Glusman la filmó: es un documental clásico, rico en testimonios -de amigos, colegas, parientes, basquetbolistas, periodistas- y en imágenes de archivo.
A través de las diferentes voces -hablan desde Víctor Hugo Morales y Adrián Paenza a Emanuel Ginóbili y Andrés Nocioni, pasando por Julio Lamas o Luis Bonini-, se va viendo la vida basquetbolística de Najnudel en orden cronológico: los juegos en las veredas de Villa Crespo, con una reja como aro improvisado; sus comienzos en el club Villa Crespo y en Atlanta; su etapa en Ferro, en el Zaragoza, en Sport Club Cañada de Gómez, en el Seleccionado; su incansable lucha contra los molinos de viento para concretar su idea de un gran torneo federal, la Liga Nacional.
Mientras, se va corporeizando el perfil de un hombre vital, arquetipo del porteño bohemio que ama las eternas rondas nocturnas de whisky, cigarrillos y café con amigos en el bar de la esquina. Es una película hecha con el corazón, que logra transmitir el cariño que despertaba Najnudel (que murió de leucemia en 1998, a los 56 años) y su estatura humana y profesional. De todos modos, quizá no sea del todo interesante para el público que no está familiarizado con el básquetbol. Hay muchos sobreentendidos -recién al final, por ejemplo, nos enteramos de quién es cada uno de los que habla- y algunos tecnicismos que podrían haberse compensado con más datos sobre la vida de León fuera de las canchas.