Armand Assante, un chamán dudoso
Lo mejor de "Ley primera" es el detalle riguroso y original de hacer que sus personajes, mayormente aborígenes de clanes wichi y qom, hablen en su propio idioma durante casi toda la totalidad del film, que trata sobre negociados que usufructúan sus tierras y los intentos de un cacique por unir todos los clanes y enfrentar la injusticia y la corrupción.
Lamentablemente esto lo hace en un contexto flojo en lo narrativo, bastante incoherente y poco verosímil a todo nivel, empezando por un Armand Assante como un chamán que en alguna escena dice cosas parecidas a las de Sai Baba. Otro detalle que no ayuda, y que surge de la necesidad de una producción internacional, es una subtrama encajada a la fuerza con hombres de negocios extranjeros pero con sangre toba que llegan al Chaco en su avión privado y hablando en inglés. Hay momentos interesantes a nivel imagen, buenos diálogos con una ironía llamativa y atractivos pasajes musicales, y una interesante y bien producida reconstrucción de una masacre de aborígenes de 1924, pero de todos modos el conjunto es endeble y el desenlace esperanzador hasta parece una ironía teniendo en cuenta la situación actual de los pueblos originarios en nuestro país.