La leyenda del gran chaman
De la mano de Diego Rafecas nos llega Ley Primera, un film que nos propone a los argentinos hacer una mirada íntima al interior del país, y en especial, hacia los pueblos originarios, que solo son usados en los noticieros para crear división de opiniones con respecto a tal o cual gobierno. Pero mas allá de que si el tema central sea interesante o no, tenemos que juzgar ésto como lo que es: una película.
Por más que nos duela decirlo, y pese al enorme potencial que se tenía con esta historia, hay que admitir que estamos ante un mal film que ya a los pocos minutos se torna confuso y nunca queda en claro qué aspecto de los Qom se nos quería contar.
Por un lado tenemos las dos grandes tramas que nunca terminan de convivir armónicamente. Tanto la búsqueda del chaman como la expropiación de las tierras de la comunidad Qom jamás terminan de ir de la mano y sentirse como parte de la misma película. Más aún cuando algunos de los actores principales que le dan vida a los protagonistas, no resultan creíbles en sus roles y se sienten más como una cara famosa a un cast bien pensado.
La historia de búsqueda del chaman tampoco se entiende demasiado, ya que aparte de comer minutos de metraje, poco aporta a lo que es el fuerte del film, que es cómo la gente con menos recursos y que vive lejos de las grandes capitales, es tratada como moneda de cambio; o peor aún, como algo desechable. Si se quería relatar sobre sus historias y costumbres, dicho tema daba para otra película o más bien un documental.
También debemos hablar de la poco entendible decisión de que casi nadie hable castellano. Esto lo decimos especialmente cuando varios personajes de origen Qom no hablan en su dialecto, pero tampoco en español, pasando de un idioma originario al inglés, con una pronunciación de experto en lenguas.
Ley Primera desaprovecha el enorme potencial que se tenía para hacer una película de denuncia, incómoda, que sea un cachetazo de realidad para muchísima gente que poco y nada sabe sobre lo que padecen los pueblos originarios. Pero la poca lógica del guion, con parte de un casting mal armado y que se intenta contar mucho sin demasiada precisión; hacen de Ley Primera un producto que por desgracia pasará desapercibido por las salas.