Líbranos del mal (cine)
¿Cuántas películas de espíritus malignos, posesiones infernales y exorcismos habremos visto a esta altura del partido? No tengo un número en mente, pero me animo a decir que bocha. Bueno, Líbranos del Mal (Deliver Us From Evil) no sólo es una película más del montón sino que “toma prestados” muchos elementos de otros films del género con 0 carpa.
Más o menos lo que pasa es esto: Un policía (Eric Bana) comienza a investigar una serie de crímenes y encuentra una conexión entre ellos: un espíritu maligno está poseyendo gente para entrar a nuestro mundo y hacer cagadas. En algún momento aparece un cura fuerte (Édgar Ramírez) que mira culos, fuma y toma whisky, y juntos combaten este mal demoníaco que culmina con un exorcismo.
Scott Derrickson, tu película ya la vimos mil veces y mejor hecha, ¿es necesario hacer una más? No sólo no sumás, si no que restás. Restás tiempo de mi vida. Dos horas te tomás para construir un relato medriocre, poco eficaz y minado de clichés.
Líbranos del Mal es una película que ya vimos mil veces y encima mejor hecha.
El protagonista workaholic que pone a su familia en segundo plano y se fuma reclamos de su mujer porque no le da bola: checked. Policía que alguna vez fue creyente pero que por las desgracias que le tocan ver de este mundo se cuestiona “¿dónde está Dios?”: checked. Cura rebelde y medio fuerte que mira culos, fuma y chupa: checked. –El padre Karras (El Exorcista) no estaba fuerte ni miraba culos pero empinaba el vaso de lo lindo–. Musiquita de suspenso onda Inception, Godzilla, Pacific Rim (y, al parecer, cualquier otra película hollywoodense que tenga una secuencia de suspenso): checked. Auto-choreo y choreo de make up style del espíritu maligno de Sinister y The Purge: checked. Sumémosle a toda esta seguidilla de “préstamos hipotecarios” y clichés a los amigos de The Doors (Las puertas en castellano) y su canción Break on Through (To the Other Side) (Atraviesa -al otro lado-). Porque, claro, Bana empieza a notar una conexión entre caso y caso gracias a que el espíritu maligno le manda mensajitos vía letras de The Doors. OOOK.
Bueno, claramente no es una película recomendable. De hecho, no sólo es mala si no que ni siquiera asusta. Muy mal hecho, Derrickson, y mal toda la gente que leyó el guión. Por favor Dios, Alá, Geová, Balá (Carlitos)… Líbranos del mal cine.