Tal como con Phantom Thread, Licorice Pizza no tuvo ninguna proyección en un festival de cine antes de su estreno. La lógica contemporánea de première mundial en grandes festivales como instancia de cosecha de críticas, laureles, prensa y flashes se ve reemplazada por otra idea donde se adivina un acercamiento a lo popular: un título y un público que se une simultáneamente el día de estreno en diferentes salas.